• Dulce Mastranzo
El pasado fin de semana conmemoramos el 207 Aniversario de la Independencia de México, fecha en la que todos nos sentimos orgullosos de nuestras raíces y demostramos lo mejor de nuestra identidad nacional. Sin embargo, más allá de los fuegos pirotécnicos y desfiles, es necesario recordar a nuestros pueblos indígenas (quienes históricamente han sido discriminados) que engrosaron las filas del levantamiento insurgente en 1810.

 

La falta de respeto a los derechos humanos de los indígenas ha ocurrido ininterrumpidamente desde la Colonia, lo que ha producido injusticia y un severo obstáculo para su desarrollo integral y sustentable. Ha sido común que al escuchar sobre nuestros hermanos indígenas nos venga la idea de comunidades marginadas con falta de educación o condiciones insalubres, entre otros prejuicios; sin embargo, pasamos por alto lo que realmente representan, como tradiciones, costumbres, lenguas, formas de vestir, comer y pensar únicas, ellos forman parte de la pluralidad que nos da identidad; sin los indígenas nuestra riqueza cultural no sería la misma y posiblemente la independencia que festejamos no sería una realidad.

Para salvaguardar la identidad indígena, han surgido Pactos Internacionales referentes a los Derechos Civiles, Políticos y Derechos Económicos, Sociales y Culturales; como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales, el Convenio Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, entre otros.

Desde 1992 México se reconoció como una Nación pluricultural y hasta el 2001 se integró el reconocimiento de los Derechos de los pueblos indígenas. De los Tratados Internacionales y la Constitución Federal se desprende que existen 23 derechos a favor de los pueblos indígenas siendo los siguientes: 

Reconocimiento como pueblo indígena; personalidad jurídica; instrumentos de identificación de comunidades indígenas; autoadscripción; libre determinación y autonomía; decidir formas internas de convivencia y organización; preservación de su identidad cultural; uso y disfrute preferente de los recursos naturales; acceso y tenencia de la tierra; conservación del hábitat y preservación de tierras; aplicar sus propios sistemas normativos; derecho a defensores. 

Así como derecho a intérpretes; acceso pleno a la jurisdicción del estado; derecho a la consulta y participación; elegir representantes ante los ayuntamientos; desarrollo; acceso efectivo a servicios de salud; acceso a servicios sociales básicos; educación bilingüe e intercultural; incorporación de mujeres al desarrollo; medios de comunicación y protección a migrantes.

De estos 23 derechos la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas ha manifestado que la Constitución de Tlaxcala no se encuentra armonizada, ya que solo reconoce seis derechos siendo los siguientes: Reconocimiento como pueblo indígena; Decidir formas internas de convivencia y organización; Preservación de su identidad cultural; Acceso pleno a la jurisdicción del Estado; Desarrollo y Educación bilingüe e intercultural.

Evidentemente la Armonización Legislativa en este tema se encuentra en un lamentable retraso de poco más de quince años, por ello como Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Grupos Vulnerables y Derecho de Niñas, Niños y Adolescentes, presenté la Iniciativa de Reforma Correspondiente para garantizar la totalidad de los derechos individuales y colectivos de las personas, comunidades y pueblos indígenas.

Dar voz y voto, reconocer y respetar, incluir y fomentar, deben ser los sustantivos principales que emanen de todo ordenamiento jurídico hacia las clases más vulnerables pero al mismo tiempo las más respetadas de nuestra sociedad. La conquista de los Derechos Indígenas desde el ámbito internacional hasta el local ha sido una constante lucha contra la discriminación y la opresión de los más fuertes.