• Juan Lemus Suárez
Para ser sinceros, en nuestra actualidad el servidor público se encuentra en una decadencia elevada, ya que en nuestro país, este ente ha dejado de ser como su nombre lo dice un “servidor”; y ha pasado a ser el que toma el rumbo de nuestro futuro gubernamental, con decisiones a veces totalmente equivocadas.

 

Dejando al gobierno siempre la posibilidad de actuar, y delegar en los problemas que ellos sienten que en realidad lo son, mientras a nosotros los ciudadanos nos dejan viendo como simples niños viendo la televisión, quejándonos sobre lo que ellos hacen.

Sin embargo al ser solo simples espectadores, lo que genera es que tengamos una crítica destructiva de lo que hacen, sin falta de propuestas que propongan el cambio, lo que suele combinarse en queja o problemas individuales de la población, hace que nos tengan a la merced, monopolicen sus actividades y dejen al ciudadano indefenso.  

Ejemplo de ello es que nos dejan completamente desamparados en nuestra vida cotidiana, ante la falta de servicios públicos, servicios urbanísticos (los tremendos baches por ejemplo), falta de señalamientos, baja seguridad, impartición de educación de con baja calidad entre otros.

Pero bueno esta decadencia se olvida siempre y cuando tengan monopolizado su trabajo, pues si bien es cierto aunque los partidos políticos y la democracia están para brindarnos legitimación del sistema político y mejoran la estabilidad de la democracia; al final dejan de cumplir con su ideal.

Ya que después de pasadas las elecciones, se olvidan de la esencia de la función que les corresponde dentro de nuestra sociedad, que es permitir a la población en participar en los quehaceres públicos; además de agrupar los intereses y problemáticas que tiene la sociedad.

Y mediante ello convertirse en instituciones públicas que mejoren el rumbo de la sociedad, sin embargo hay que admitir que esto se les olvida después de que tocan tu puerta y piden un voto, ya que cuando tocas la suya a veces esa puerta está cerrada; o peor aún está abierta pera la función es ineficaz, lenta y con mal trato.

Pero bueno aunque al final se les otorga el puesto a estos partidos políticos, convirtiéndolos en entes con legitimación mediante instituciones siguen por años estando en decadencia; ya que no buscan el interés público sino el político y lo monopolizan.

En fin, ojala que en estos tiempos, que algunos van  por brincos de un lado a otro puedan cambiar el rumbo y dejen de ser aquellos quienes sienten que son los dueños, esperemos que les quede un poco más claro que son servidores y que están al servicio de comunidades y estados.