• Alfonso Sánchez Anaya
"La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo": Nelson Mandela

Sobre la “educación de calidad” que se pretende lograr en este país, la autoridad correspondiente debería considerar con toda atención, en los terribles datos registrados en los últimos años por los estudios y análisis de la UNESCO (la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), con relación a la realidad educativa de nuestro país.

En México, más de 34 millones de personas están en rezago educativo: 7 millones son analfabetas; 1.4 millones de niños no asisten a la escuela; más de 1 millón 324 mil tienen menos de cuatro años de estudio y, hay un número inestimable de analfabetas funcionales.

Los datos anteriores están vinculados directamente con el reporte anual actualizado del GEM (Global Entrepreneurship Monitor), que da seguimiento a la realidad educativa en 160 países y que fue presentado a finales del año anterior, en donde lamentablemente confirman el estado que guarda la educación en México, señalándose que se espera que nuestro país logre el objetivo de una educación primaria universal en el año 2035, mientras que la universalización de la secundaria se lograría hasta 2060 y de la preparatoria hasta 2100.

Siendo importante aclarar, que esos pronósticos no se refieren a la calidad de la educación, sino solamente al renglón único de la cobertura de la oferta educativa.

Quiero expresar que al interior del Frente Tlaxcalteca del que formo parte, hemos sostenido que entre una cobertura educativa pendiente por cubrirse y la falta de una debida planeación e implementación de toda una estrategia educativa, las decisiones gubernamentales se pierden en el oscuro mundo de la simulación, en el intento por destruir la fuerza de los sindicatos magisteriales y la burocratización del trabajo de los profesores en las aulas, la cual sólo propicia retraso en los procesos de enseñanza-aprendizaje y limita la creatividad de los profesores para instruir y formar la mentes de los alumnos de una mejor manera.

La falta de una debida planeación del desarrollo educativo del país, se puede observar a la vista de todos, cuando hay una falta de interés evidente en las autoridades educativas por realizar un contundente esfuerzo con acciones que parecen lógicas y simples pero que no se producen, como las de incorporar las Tecnologías de la Información y la Comunicación en las aulas de todo el nivel básico, la de digitalizar los libros de texto (que siguen editándose anualmente en papel a un altísimo costo con cargo al erario público) y la creación de un banco de información (previamente validado por expertos en cada tema) que sirviera de base en la elaboración de los trabajos de consulta e investigación de los alumnos y de los propios profesores

Por eso afirmo, que el discurso gubernamental sobre la calidad de la educación que se pretende lograr en México, navega en el barco de la improvisación y materialmente se estrella ante la realidad de los datos de la UNESCO.

Las palabras diagnóstico, planeación y programación, forman parte de la retórica recurrente de quienes tiene a su cargo la educación en México, pero que están absolutamente alejadas de la satisfacción de  la necesidad que tiene México de que se transforme su Sistema Educativo Nacional, para que éste sea la respuesta efectiva a la tremenda problemática social, política y económica que ya padece la inmensa mayoría de la población  país, desde hace muchos años.