• Enrique Gasga Ventura
Para las elecciones presidenciales con algún impacto en las federales y locales de 2018; los partidos de oposición han recibido severos golpes que han buscado debilitar su fuerza;

primero al crearse conflictos internos en esos institutos políticos con la clara consigna de fracturarlos o dividirlos, y ahora con la persecución contra los candidatos de oposición visibles; esto sin duda ha logrado ir debilitando la fuerza de la oposición; pero no así fortalecer al PRI en el gobierno que ni con la utilización mediática de los sismos de septiembre pasado parece distraer al electorado para que se olvide de los abusos cometidos.

Las acometidas contra los partidos de oposición al gobierno priista se han dado con mayor fuerza en el presente sexenio gobernado por Enrique Peña Nieto, y en el que el gobierno federal ha estado claramente involucrado.

El primer ataque se dio contra el PAN y sus líderes más representativos, aunque esto fue durante el gobierno de Felipe Calderón con el consentimiento, o contubernio del entonces presidente de la República; pero el asunto parece ir más allá de un conflicto interno del blanquiazul.

Lo anterior puede quedar evidenciado tras la reciente salida de Margarita Zavala del PAN en un momento crucial para construir alianzas con otros partidos, y lo cual evidenció en diferentes medios los posibles nexos de Calderón y su esposa con el PRI (dicho esto por propios panistas), y con lo cual se puede entender que el PAN haya prácticamente entregado la presidencia de la República al PRI con el grupo Atlacomulco y Peña Nieto al frente; y por supuesto con un PAN muy por debajo de la fuerza que tuvo en el sexenio foxista.

En los años subsecuentes, y hasta el actual momento en el PAN se han dividido varios grupos al interior; pero ahí no acaba todo los dos posibles candidatos presidenciales: Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle siguen con amplias posibilidades de dar la batalla en las elecciones presidenciales del próximo año.

Ante esto por lo pronto, inició recientemente una persecución mediática contra Ricardo Anaya en que se dio a conocer a nivel nacional en medios de comunicación como El Universal, que refirió que su patrimonio se incrementó de seis a treinta y tres propiedades en el año dos mil diecisiete, información que llevó a juicio el líder panista, y la cual hasta el momento según un juez federal, la información es inexacta, porque desde etapa anterior a los cargos públicos de Ricardo Anaya, su familia ya contaba con las propiedades referidas.

Esto junto con el posicionamiento que dio Anaya: “Me atacaron donde más nos duele a los mexicanos, en lo que más queremos, que es nuestra familia. Y quisieron engañar a la gente, pero le recuerdo a los del PRI que construir un patrimonio trabajando no es pecado, robarse el dinero, como le hacen ellos, eso sí”.

Aunque dicho juicio puede continuar; por el momento Ricardo Anaya podría quedar como víctima de los ataques mediáticos, o bien de seguir estos afectar lo más que se pueda su imagen para que no pueda obtener la candidatura del Frente Opositor conformado por PAN-PRD-MC, o en su caso llegar lo más débil posible.

Ante este escenario negativo, para Ricardo Anaya esta situación podría meter miedo en los otros partidos del Frente Opositor de respaldar como su candidato al actual presidente del PAN, y optar por Rafael Moreno Valle quien si bien también ha tenido que sufrir una guerra mediática contra su imagen tras manifestar sus aspiraciones presidenciales, no ha dejado de movilizarse en conformar una alianza fortalecida, y ante el anterior escenario cada vez crecen más las posibilidades de alcanzar dicha candidatura; de cualquier manera el PAN necesita urgentemente lograr la unidad de los diferentes grupos de su partido.

El caso de la grave crisis que ha enfrentado el PRD en los últimos años, ésta se agudizó con una enorme campaña mediática negativa con el apoyo principalmente de las dos grandes televisoras de México tratando de involucrarlo en la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, donde el partido entró en tal crisis que varios de sus líderes decidieron irse a MORENA; aunque el asunto de los normalistas se le salió de las manos al gobierno mexicano quien ahora es señalado como probable responsable; pero el daño al perredismo ya está hecho.

En el caso de MORENA quizá no tarde en llegar los ataques mediáticos y quizá persecución contra López Obrador; pero por el momento ya inició la persecución contra el único partido con el que rumbo a la presidencia de la República ha hecho alianza, el Partido del Trabajo (PT).

En este caso se difundió apenas hace unos días que Héctor García Quiroz, Líder del PT en Aguascalientes consiguió que un juez federal le otorgue el beneficio de seguir en libertad tras el proceso que se le sigue por presunto lavado de dinero por 100 mdp en cuyo presunto fraude involucran a María Guadalupe Rodríguez Martínez, esposa del dirigente nacional del PT, Alberto Anaya.

Todos estos casos lo que entre otras cosas generan es afectar la imagen de los partidos de oposición en un momento definitorio de alianzas y organización rumbo a las elecciones presidenciales, y derivado de lo cual se podría frenar la fuerza de sus posibles candidatos; y lo cual favorecería al posible candidato del PRI.

Sin embargo, con todo y esto el PRI parece no subir en las simpatías de los mexicanos rumbo a la próxima elección presidencial; y cómo cuando los niveles de pobreza e inseguridad han sido una constante en todo México durante los gobiernos priistas.

Cuando cada vez hay más ex gobernadores del PRI acusados de enriquecimiento ilícito a costa del sufrimiento de millones de mexicanos.

Cuando el crimen organizado opera con casi, o con total impunidad en todo México, incluso en entidades que antes eran tranquilas y seguras como Tlaxcala, ahora los gobiernos priistas han dado al traste con la seguridad.

Y no sólo hay un ambiente creciente de inseguridad en los propios números del gobierno en cuanto a mala seguridad policiaca; sino también hay números rojos en salud, educación, campo, pésimos sueldos a los trabajadores, con los aumentos al combustible; y con una economía de vergüenza para millones de mexicanos pobres que ni siquiera tienen la seguridad del alimento del día.

Sin embargo, el PRI a toda costa quiere retener la presidencia de la República, y hoy por hoy, resulta revelador en este sentido, las estrategias perversas de ataques mediáticos y persecución contra quienes tienen posibilidad de candidatearse por los partidos de oposición para como ellos lo han dicho quitar al PRI del gobierno.

Es así que a poco más de medio año de las elecciones de 2018, aún no se ve algún candidato con posibilidades reales de ganar la elección de la presidencia de la República, de ahí que cualquiera de las tres posibles alianzas: PAN-PRD-MC, MORENA-PT, o incluso la que busca establecer el PRI apoyado por el aparato de gobierno, pueda ganar.

Lo que se puede pronosticar en estos momentos es una posible elección muy competida entre las tres alianzas, y más allá del pronóstico reservado lo que sí se puede también vislumbrar, lamentablemente es un proceso electoral hoy gris, quizá mañana con una elección negra por una posible elección con el fantasma del fraude priista; esto por lo que se ha visto durante el presente sexenio. Ojalá no suceda esto por el bien de México, y quienes ganen en 2018 y en los años subsecuentes de veras esta vez sean todos los mexicanos, y no nuevamente el grupo privilegiado que maneja los hilos del poder.