• Alfonso Sánchez Anaya
México no se lo merece, es la pretensión de condenarlo a las más perversas condiciones de pobreza y desesperación; no tienen escrúpulos, lo importante para ellos es continuar en el poder, cueste lo que cueste. El ungimiento o dedazo del que somos testigos los mexicanos, una vez más, del seguro candidato presidencial por el partido oficial, José Antonio Meade, es la muestra de nuestras afirmaciones.

El grupo en el poder, que representa Peña Nieto, está decidido a conservar la presidencia de la República y si para ello tiene que echar mano de un personaje no priista, lo está haciendo; la cúpula del partido, “orientada” por ese mismo grupo, considera que no hay un solo militante del partido con el suficiente perfil para encabezar la candidatura, la gran mayoría de sus presidenciables tienen cola que les pisen, sus actos de corrupción los persiguen y la ineficiencia con la que se han desempeñado en el servicio público, hacen imposible llevarlos a la cabeza en una lucha electoral en contra de Andrés Manuel López Obrador, el enemigo a vencer.

El Presidente obedece las órdenes contenidas en la estrategia diseñada por los poderosos, no tiene ningún reparo en colocar piezas claves en su gabinete para acompañar el proceso, está cumpliendo ciegamente con lo que se le pide; personajes relacionados con el salinismo están abiertamente tomando el control de las finanzas de la Nación y de sus recursos energéticos; destinarán todos los dineros que sean necesarios para inducir las preferencias por todos los rincones del país; “el fin justifica los medios”, para ello sí hay dinero que alcance.

El virtual candidato del PRI a la Presidencia, tiene un currículo dicen impecable, con el que se quieren desmarcar de la corrupción y la impunidad con la que están gobernando. Habría que hurgar en tan sonado palmarés algunas cuestiones no tan claras, más bien oscuras, particularmente el papel que tuvieron sus familiares cercanos en el impulso y diseño del rescate bancario con el FOBAPROA que en 1999 se asumió como deuda pública y que por cierto seguimos pagando desde entonces, con dineros del pueblo oficializados en el Presupuesto de Egresos de la Federación de cada año.

Especialistas afirman que el señor Meade también ejecutó políticas “anticampesinas” de empobrecimiento y de dependencia alimentaria, desde sus encargos en los gobiernos de Fox y Calderón. Por otro lado, también se tendría que aclarar el papel que el mismo Meade desempeñó como Secretario de Desarrollo Social recientemente, cuando se modificó la metodología de medición de la pobreza nacional, simplemente para que resultaran cifras “más alegres” y no las catastróficas que la realidad evidencia; el hoy casi “candidatazo” trabajando como Secretario de Hacienda, impulsó en el 2016 el recorte de más de 81 mil millones de pesos a los programas sociales, en contra de las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que expuso que en México sigue estancada la pobreza y persiste la desigualdad. Y qué decir de la nube negra que representan las omisiones en las declaraciones patrimoniales del “multisecretario”, que mantienen en secreto sus ingresos presuntamente millonarios provenientes de la empresa Kubre, S.A. de C.V. que creó en abril de 1994.

Así, la estrategia perversa para la victoria del “candidato de la esperanza” (sic), como dicen en la CTM de Meade, considera la manipulación anticipada de las decisiones de otros partidos políticos para designar su candidato a la grande; los herederos de Gómez Morín están haciéndole el juego al PRI; la esposa de Felipe, sí aquel de la “Guerra contra el narcotráfico, primera parte”, es un alfil de división, es un esquirol rompe candidatura presidencial y de la unidad partidista.

Por el lado de la izquierda, o lo que queda de ella en el partido del sol azteca y un poco más del MC, son comparsa electoral y están dispuestos a recibir migajas del Frente Ciudadano por México, a cambio de una que otra candidatura; en su proyecto no está contemplada la ideología de una izquierda moderna que lucha por el beneficio de los que menos tienen, ya han dado muestras de traicionar al pueblo cuando así conviene a sus intereses.

Meade es una imposición de los que dirigen políticamente al país, no quieren dejar el poder, lo que se han llevado no ha sido suficiente, han acumulado tales riquezas que ya tienen garantizada la estabilidad económica de varias de sus generaciones. México es el lugar dónde todo se vende, todo se compra, hasta conciencias y voluntades; ellos, los del poder, le apuestan a un futuro que los siga beneficiando pero que es aterrador y que no queremos los más que nos alcance; al final nos está quedando la dignidad, la de muchos, en ella confiamos para buscar la transformación de un México, un país que no soportará otro sexenio de atrocidades y vandalismo gubernamental.

Finalmente y hablando de perversiones, nuestro país con un crecimiento económico a la baja, inflación en franco crecimiento, la delincuencia organizada sin control, la corrupción del gobierno tomando tintes de un cinismo atroz y, el gobierno de Peña para coronarse, impulsa y obliga a la Cámara de Diputados a aprobar la Ley de Seguridad Interior que no es otra cosa que la militarización del país, una inconstitucionalidad, una traición a los mexicanos y sus Derechos Humanos y ciertamente, un retroceso de la ya de por sí lastimada democracia nacional.