• José Vicente Sáiz Tejero
Parte 2

Tiempos de Democracia

  

Sin las trabas y lastres del PRI, la coalición Con México al Frente se perfila para ser finalista en el 2018

Las acusaciones al gobierno federal del gobernador de Chihuahua, daño irreparable a la aspiración priísta

Meade no crece a causa de los negativos del partido en el poder, del presidente y de sus colaboradores 

Siguiendo la idea que expuse el pasado lunes de embarcarme en la disparatada aventura de suponerme alternativamente asesor de cada una de las tres agrupaciones políticas que competirán en el 2018 -por separado, obviamente-, hago saber a usted, amable lector, que ya estoy imaginariamente instalado en el cuarto de guerra de Con México al Frente. En mi papel de consejero (¿?) advertí de entrada que la principal premisa para trazar un plan exitoso de campaña tendría que ser, no sólo distinta a la del partido en el poder, sino radicalmente opuesta. La razón es entendible: el frentismo no tiene porqué estar sujeto -como lo está el PRI- a la necesidad de proteger espaldas de terceros -presidente, secretarios de estado, ex gobernadores, etc.-; no, de ninguna manera, su única condicionante ha de ser la obligación moral contraída con los electores de llevar ante la Justicia a los miembros connotados del PRI-gobierno que se hayan involucrado en la comisión de actos punibles. La frase “vamos a acabar con la corrupción” no debe ser sólo un lema de campaña, sino una finalidad en sí misma que se hará realidad si se triunfa en los comicios del 1º de julio.

Determinante, el caso Chihuahua

  Al probar la existencia de una anómala triangulación de recursos de Hacienda -cuyos otros dos vértices son, de un lado, César Duarte, el prófugo ex mandatario priísta de Chihuahua y, de otro, el PRI, cuando era dirigido por Manlio Fabio Beltrones-, al probar, repito, esa triangulación, Javier Corral, actual gobernador de la entidad norteña, obsequió a Con México al Frente los elementos necesarios para sustentar una denuncia bien documentada vs. la corrupción. Al exhibir al desnudo ese financiamiento irregular, Corral asestó un durísimo golpe a las expectativas electorales del tricolor y de su candidato José Antonio Meade, un ciudadano apartidista con fama de impoluto que, antes, durante o después de consumada la ilegal maniobra, debió conocer de la misma. El hecho es que, por  más que se intente desacreditar a Corral, la revelación alteró a favor de la oposición los términos en que se planteaba la batalla por la Primera Magistratura.

Trascendencia de las revelaciones de Corral

  El impacto mediático fue tremendo pues, además de la presumible irregularidad financiera, la maniobra dejó al descubierto el uso de fondos públicos como herramienta de persuasión política. La secretaría aludida, la de Hacienda, se paralizó, al igual que el PRI y su abanderado. Tuvo que ser el propio Peña Nieto quien diera una primera y tangencial respuesta, tan débil como lo fueron las ulteriores aclaraciones del funcionariado comprometido en los obscuros y discrecionales movimientos. Ninguno fue convincente; no podían serlo, ya que los 700 millones destinados a Chihuahua que le fueron retenidos a su gobernador como represalia por el proceso contra el PRI pertenecen al Ramo 23, y se reparten -ahora lo sabemos- conforme a criterios que sólo tienen que ver con la conveniencia electoral del gobierno. De una bolsa repartible de 32 mil 806 millones de pesos acumulados en el Fondo de Fortalecimiento Financiero -Fortafin por sus siglas-, a Chihuahua se le asignaron 61 millones, en tanto que al Edomex se le autorizaron… ¡5,291 millones!  

El PRI, sin argumentos creíbles

 Finalmente, la contestación tricolor se basó en la descalificación y el insulto. El coordinador Aurelio Nuño indujo a Meade a acusar a Corral ¡de torturador!, temeridad absurda que, al caer en el terreno de la calumnia, puede ser objeto de reclamo judicial. Le exigen, además, cuentas del resto de las asignaciones hacendarias a su entidad, ignorando que, de haber en ellas irregularidades, habría sido la Auditoría Superior de la Federación la que las detectara y reportara. En fin, el caso Chihuahua no se agotará y será tema en los debates entre candidatos. Mientras tanto, sigue la pregunta en el aire: ¿por qué el gobierno federal no ha atendido la petición del gobierno de Chihuahua para que emita la ficha de localización internacional de César Duarte? He aquí otra losa que pesará constantemente sobre la campaña del candidato priísta. 

Las armas de Anaya para el debate

 En la ambigua calidad política de Meade -funcionario del gobierno calderonista, ciudadano apartidista, votante priísta y ahora candidato tricolor- hay una veta que debe ser inteligentemente explotada. En mi ficticio rol de estratega de la coalición -recuérdese que la semana pasada lo fui del PRI- sugiero insistir en las múltiples y cortantes aristas de ese asunto. Pero hay muchos más: ahí está, por ejemplo, el gasolinazo que el presidente mismo -y todo el gabinete- hizo aparecer como de la autoría de Hacienda, cuando su titular era el recién llegado Meade. Y que fue él, el tecnócrata reputado, quien tuvo que sacar la cara para dar explicaciones por el gobierno priísta, y por su antecesor Luis Videgaray, responsable real del desbarajuste de las finanzas públicas. Y otra cuestión electoralmente rentable lo será la llamada Estafa Maestra, fraude colosal instrumentado desde la Secretaría de Desarrollo Social cuando la dirigía Rosario Robles, a la que sustituyó, sí, ya lo adivino usted, ¡Meade! Y qué tal el tema Nayarit, con su ex fiscal Vietia procesado en Nueva York y su ex gobernador Roberto Sandoval sometido a juicio político por el congreso de su estado. Sume y siga, amigo lector…

Ataque…, pero también defensa

  Como se ve, Con México al Frente -y su abanderado Anaya- dispone de todo un arsenal de cohetes para hacerlos explotar tras las trincheras tricolores. No obstante, para atacar y vencer a un partido con la experiencia del PRI, que dispone de recursos ilimitados y que tiene de su lado a personajes de alto rango incrustados en las instituciones que juegan un papel relevante en la competencia electoral, para vencerlo, repito, se requiere de construir una defensa sólida, máxime cuando se sabe que el punto débil de la coalición es la fragilidad de la amalgama que la mantiene cohesionada. En términos prácticos y también dialécticos, la diversidad de ideologías de los partidos que la conforman supuso conciliar puntos de vista muy diferentes. Fue -hay que admitirlo- el cálculo electoral y la probabilidad de una victoria compartida los factores que indujeron a su unión. Será por ese flanco, el de la extrema delgadez del hilo que vincula sus fuerzas, por donde vendrán los embates del PRI-gobierno y de los conocidos  “pactistas con la impunidad”, Cordero, Lozano y el mismo Calderón. Con los dicterios de esa gente, y de otros de parecida laya -amplificados por los medios asociados al oficialismo- se tratará de mellar la aceptación que logró el frente desde el momento mismo de su creación. Exhibir la biografía de esos traidores será el mejor antídoto contra sus dardos envenenados.

 

Nota: Mientras tanto, el Peje continúa su periplo por la República, a la espera de conocer el nombre de quien finalmente habrá de disputarle la silla presidencial. De él, del tabasqueño y su movimiento, me ocuparé el próximo lunes.