• Jorge Fernando Martinez Meza
Los gobiernos de México, en su mayaría han sido guiados por políticos corruptos y ambiciosos.

En una frase que acuñó unos de los presidentes más admirados del México del siglo XX, Adolfo López Mateo fue: “La Revolución Mexicana fue la Revolución perfecta, pues al rico lo hizo pobre, al pobre lo hizo pendejo, al pendejo lo hizo político y al político lo hizo rico”.

El escándalo de la Casa Blanca de Peña Nieto es un claro ejemplo de la gran corrupción y la ambición que aquejan a nuestro país, en otra nación con masas concientizadas, este acto de avaricia de la figura máxima de la política mexicana, hubiera sido bastante para que el pueblo exigiese la salida de su presidente y enfrentará a la justicia por actos de corrupción. Pero el diezmo y las dádivas por parte de empresarios corruptos hacía políticos corruptos es el pan nuestro de cada día.  

Si ello no cambia, México nunca avanzará. Un político ambicioso, es un político inmoral y mal ejemplo para los que siguen en la cadena de mando y para sus gobernados. Si Peña Nieto es el reflejo de la sociedad mexicana: un presidente inmoral, que perdió su honorabilidad siendo aún gobernador del estado de México, pero más inmorales los mexicanos que a sabiendas de su actuar repugnante, lo votaron para ser su “digno representante”.  

Aquí les dejó unas líneas de un escritor anónimo sobre los Dignatarios que pierden su “delicadeza y deja de ser hombres honorables… por la ambición… se convierte en un gobernante inútil, fácil de manejar y de explotar, puesto que queda a merced de sus más inmundas pasiones, y desde luego, se hace despreciable e indigno de las atenciones populares, las que lo verán con repugnancia; pero también puede suceder, que ese mismo proceder, pervierta los Instintos de las Masas del Pueblo, para luego sumergirlo dentro de los más inmundos lodazales de la perdición, sin más responsabilidad, que la de haberse extraviado bajo las sombras de los peores, y ridículos excesos, los que indiscutiblemente dan origen a todos los males; por lo tanto, ese Mandatario jamás será respetado, ni aun por sus más allegados, mucho menos por la sociedad a quien debe consideraciones y agradecimientos”, hasta aquí las líneas de anonimato.  

Luego entonces hemos de deducir que México ha sigo gobernador por presidentes indignos y ambiciosos en alianza con algunos empresarios inmorales y perversos que han generado un país sumergido en el caos y la perdición. Pobre de México no merecía esta triste realidad.