• Pedro Morales
Trascendió este jueves la información de que para el 23 de junio, se ha confirmado la visita del candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, en el zócalo de la capital del estado a las 7 pm.

 

Algunos le llaman rudeza innecesaria, ya tiene a sus adversarios en la lona, al menos en Tlaxcala, donde las encuestas le siguen favoreciendo y en términos taurinos viene por orejas y rabo de sus adversarios.

El político tabasqueño sabe que Tlaxcala no ha dejado de ser su bastión, ya en dos ocasiones ha derrotado al PAN y al PRI, ahora enfrenta una elección diferente, pero quiere asegurar la plaza.

Enfrente hay mucha preocupación, están desesperados y no saben a quien traer o que inventar para evitar que con su visita AMLO convenza a los indecisos que en Tlaxcala son muchos al aliarse el agua y el aceite, es decir el PAN y el PRD.

Por otro lado, es muy difícil que a estas altura venga Pepe Meade o Ricardo Anaya, ya que se encuentran en plenos cierres de campaña y en ese sentido AMLO con su colmillo retorcido quiere ganar otra vez en Tlaxcala.

Por otro lado, las campañas no prendieron y esa estrategia de tocar puertas es muy arriesgada, porque se trabaja a destajo y se ganan muy pocos votos, otra vez no le encontraron el círculo al cuadrado.

Gracias a la cobertura de siete elecciones de gobernador en Tlaxcala, de presidentes de la república, de senadores, diputados federales y de alcaldes, podemos decirles a las los candidatos milenios que la regaron.

Despreciaron un detalle que durante muchos años tuvo al tricolor en el poder y es el de que a los tlaxcaltecas les da un gusto especial participar en los mítines durante las campañas.

Que los tomen en cuenta de a deveras.

De verdad la gente es muy participativa y al menos en este proceso de campañas se han quedado con las ganas de escuchar y ver el comportamiento de sus candidatas y candidatos.

Si a esto se le suma la actuación que tuvieron como altos funcionarios o diputados federales o senadoras o diputados locales o alcaldes y presidentes de comunidad, están fritos.

Eso no lo van a entender, ya se gastaron un valioso tiempo y dinero al no organizar mítines regionales, pero eso si vamos a ver que en los cierres van a acabar con los recursos, pero ya va a ser demasiado tarde

En fin, ya se verá si “El Peje” les hace la faena, su visita se equipara a una tarde de toros con sus molinetes, chicuelinas, banderillas, pases de pecho, manoletinas para que cuaja la faena con mortal estocada, para lograr el objetivo de llevarse las orejas priistas y el rabito panista, ya veremos.

En otro tema, Layda Sansores, senadora con licencia del PT y candidata a la alcaldía de Álvaro Obregón por la coalición Juntos Haremos Historia, facturó a nombre del Senado gastos personales que ascienden a 700 mil pesos durante 2016 y 2017.

Los cargos, que no están relacionados con su labor legislativa, incluyen tintes para el cabello, desodorantes, pasta de dientes, ropa, almohadas, sábanas, un refrigerador, una estufa, una licuadora, las compras del supermercado y hasta una muñeca de más de cuatro mil pesos, entre muchos otros.

El 30 de noviembre de 2016, se gastó, por ejemplo, seis mil 610 pesos en 12 kilogramos de bacalao noruego y dos kilos de jamón serrano, de acuerdo con una reportaje de En Punto de Partida, de Noticieros Televisa.

A través de una solicitud de información, se obtuvieron copias de las facturas que Sansores presentó al senado para poder comprobar sus gastos legislativos.

La curiosidad es la de que cuánto facturarían nuestras senadoras Adriana Dávila, Martha Palafox y Lorena Cuéllar, ojala y llegue alguna solicitud de información, para tener una idea, al menos para no… QUDARNOS CON EL PENDIENTE.