• Jorge Fernando Martinez Meza
Al triunfo de Marco Mena, gobernador constitucional del estado de Tlaxcala, pareciera que le hubieran amarrado las manos para nombrar a sus subordinados de todos los niveles de gobierno, se vislumbró que solo le habían permitido nombrar a la cúspide de la administración estatal, es decir a los secretarios de las distintas dependencias de gobierno.

Vendida la idea – a Marco Mena- por parte de Mariano González Zarur, viejo lobo de mar, de que él y su equipo de colaboradores de la pasada administración lo habían llevado al triunfo. Marco Mena se sintió comprometido con el ex mandatario y con el equipo del  propio ex senador de distintos niveles de gobierno, es por ello que Marco Mena no hizo o no quiso hacer cambios profundos desde el inicio de su administración.

Pareciera que estaba durmiendo en sus laureles, con la inseguridad a la alza a niveles alarmantes, entre otros muchos otros problemas que enfrenta la Entidad, como la muerte de seres humanos a causa del consumo de agua contaminada derivado de la nula observancia de la ley en materia ecológica por parte del gobierno al permitir a “empresas” voraces hagan su riqueza a costa de la salud de los tlaxcaltecas, y puedo enumerar muchos otras cuestiones más, pero no es materia del presente análisis.

Hasta el momento Marco Mena no ha querido agarrar por completo el poder que el PUEBLO, óiganlo bien, que el PUEBLO (No Mariano González Zarur ni su sequito de colaboradores)  le otorgó en las urnas. Los agradecimientos a quienes le ayudaron, como el del ex gobernador, están bien, pues de haber perdido Marco Mena la gubernatura, en el fondo también habría perdido era el propio Mariano González, pues le habrían tachado el suyo: como un mal gobierno.

En la praxis política hay un sencillo apotegma “Muera el Rey, Viva el Rey”, quizá esta máxima de política no la haya analizado con detenimiento el propio Marco Mena, quien está a tiempo de oxigenar su gobierno –so pena- de perder trágicamente el PRI en las próximas elecciones para gobernador, tal y como ya se vislumbra. Pues como ya vimos Marco Mena tendrá un Congreso estatal totalmente opositor y tres diputados federales y dos senadores de  Morena con quienes tendrá que negociar para que Tlaxcala obtenga recursos extraordinarios, y como lo dije pasadas colaboraciones “Si Gana AMLO la presidencia el gobierno del estado temblaría, pues el hecho es que en Tlaxcala existen 48 dependencias del gobierno federal, es decir, el 80 % del presupuesto que la federación otorga al Estado de Tlaxcala llega a través de dichas dependencias del gobernó de la república, y en manos de un gobierno distinto al local, se crea en automático un cerco político”. Por lo que repito, o se oxigena el gobierno o su descalabró será mayor que el de Peña Nieto, quien fue el que realmente perdió en esta contienda electoral, pues el presidente  peor calificado por las mayorías en nuestro país y las consecuencias la pagó Meade.

Tiempo al tiempo.