• Enrique Gasga Ventura
La ambición de morenistas en el estado por querer acaparar e imponer la agenda política en el estado sin siquiera haber empezado a gobernar, y sin tener aún un proyecto claro en beneficio de la gente;

 

así como el arrecio de los conflictos internos en MORENA, empieza a poner en claro riesgo el puesto como coordinadora federal en Tlaxcala de Lorena Cuellar; y en donde ya hay dos nombres que podrían ocupar su puesto: la senadora electa Ana Lilia Rivera, y el candidato perdedor de este partido a la gubernatura de Puebla Luis Miguel Barbosa.

El problema crece por la ambición de poder de los morenistas que en lugar de obedecer a su líder Andrés Manuel López Obrador de pacificar el ambiente político en las diferentes entidades, se han dado a la tarea de buscar más poder político en lugar de dedicarse a ver cómo van a cumplirle a los tlaxcaltecas las altísimas expectativas que crearon, y que difícilmente podrán cumplir.

Y es que tras anunciarse que ahora el gobernador Marco Mena podría estar disminuido en su puesto y supeditado a la aprobación del manejo de recursos por la coordinación federal en el estado de López Obrador; esto da una enorme responsabilidad a Lorena Cuellar; ahora tendrá que estar dedicada a conocer de las necesidades de salud, seguridad pública, del campo, de la economía, la ecología, cultura y hasta el deporte; en total tendrá que ser una especialista en todos los temas para poder ser justa en la aprobación de recursos, y no lo es.

Una enorme responsabilidad que no sabemos en qué termine; pero al parecer los morenistas sólo están mirando la acumulación de poder político, y todo parece indicar que ya se les olvidó el compromiso que senadores y diputados federales y locales electos tienen con Tlaxcala de mejorar las condiciones de vida de la gente.

Hoy prefieren los morenistas andar inventando cosas para según ellos por deseo de los ciudadanos quitar pensiones a ex gobernadores; con todo respeto si le preguntas a la gente que necesita la gente responde que se bajen los precios de la carne, el huevo, las legumbres, el gas, el transporte público; que haya oportunidades de empleo bien pagado, es decir cosas que generen beneficios directos y reales para el pueblo y no acciones populistas.

El inventar que la gente quiere una auditoría para la UAT es algo infantil; la UAT tiene auditorías en forma recurrente y es un organismo que sin problema cada año el congreso local en turno le ha aprobado su cuenta pública; en este sentido, pretender violar la autonomía universitaria en el estado es ir en contra de uno de los motores del estado con los miles de egresados profesionales productivos que genera la UAT, no ninis.

Es así que morenistas lorenistas y alvarez limistas, en lugar de ayudar a sus patrones en la difícil labor que tendrán a partir de que entren en funciones ya como gobierno, se han dado a la tarea de perder el tiempo sembrando discordia sin pensar en que pueden cosechar infiernos.

Dicha actitud de los morenistas en Tlaxcala, no sólo está alejada de lo dicho por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador de conciliar; sino que de seguir con dicha actitud lo que obtendrán es una grave inestabilidad en el estado creada por ellos mismos, y la cual será difícil controlar.

Esto aunado a que continúan los conflictos en Morena entre la senadora electa Ana Lilia Rivera y la posible coordinadora (aún no ha sido nombrada oficialmente), Lorena Cuellar que estarían peleando a ver quién queda mejor con López Obrador.

Y en una de esas, si el presidente de la República electo ve que las cosas en Tlaxcala empiezan a complicarse, decida cambiar a Cuellar Cisneros, y de la coordinación federal en el estado a Rivera Rivera.

El otro escenario es que dados los resultados adversos obtenidos en Puebla por Luis Miguel Barbosa al perder la gubernatura por el fuerte rechazo de sus paisanos que votaron a favor de diputados y senadores; pero a él no le quisieron dar su voto; no sería descabellado pensar que en darle la coordinación federal de Tlaxcala, y con ello calmar los conflictos de MORENA en el estado.

Ya es muy excesiva la propaganda y guerra sucia en la política a nada bueno conduce; lo mejor es que quienes obtuvieron algún triunfo se pongan ya a trabajar por el bien de los tlaxcaltecas; y a los morenistas extraviados y enfermos de poder ya dejen de lanzar insultos cada que se les hace una crítica, y mejor ayuden a sus jefes para que aprendan a ser gobierno; ya no peleen, ya no son oposición ahora en unos meses serán quien gobierne y tendrá que rendir cuentas de todos sus actos a los ciudadanos.