• Reyes Ruiz Peña
La verdad no peca pero…

 

 

En las pasadas elecciones del primero de julio de 2018, el partido MORENA obtuvo cinco de las nueve gubernaturas que estuvieron en disputa. La coalición que postuló a ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR a la presidencia de la República alcanzó el triunfo también en la Ciudad de México, con CLAUDIA SHEINBAUM; en Chiapas, con RUTILIO ESCANDÓN; en Tabasco, con ADÁN LÓPEZ; en Morelos, con CUAHUTÉMOC BLANCO, y en Veracruz, con CUITLÁHUAC GARCÍA.

 

La arrolladora esperanza de cambio que generó la victoria de los candidatos a gobernadores de MORENA hoy, sin embargo, se ha convertido en un creciente desencanto en al menos dos de esas cinco entidades. Me refiero, estimado lector, a Morelos y Veracruz.

 

Mientras buena parte de quienes apoyaron a LÓPEZ OBRADOR lo siguen respaldando porque consideran que está trabajando con ahínco para llevar a cabo la prometida Cuarta Transformación, morelenses y veracruzanos perciben que sus gobernadores se han dedicado a dilapidar el capital político que obtuvieron en las elecciones. Capital político que, por cierto, alcanzaron en un alto porcentaje gracias a la imagen de AMLO.

 

El caso que más llama la atención en estos momentos es el de CUAHUTÉMOC BLANCO, pues hasta la fecha muchos morelenses y mexicanos no se explican cómo este sujeto llegó a ser gobernador. Quizá su mayor virtud como candidato fue que hizo campaña asegurando que podía mejorar las deterioradas condiciones de seguridad del estado de Morelos, así como combatir la corrupción y meter a la cárcel al exgobernador GRACO RAMÍREZ y a su equipo de colaboradores.

 

A la par, BLANCO se construyó una imagen de víctima al acusar que GRACO RAMÍREZ y su equipo nunca dejaron de atacarlo y que no le permitieron trabajar como presidente municipal de Cuernavaca. A más de siete meses de haber asumido la gubernatura, este personaje mantiene el mismo discurso limitado y atropellado, y se distingue por ser una persona a la que le cuesta trabajo articular no solo una disertación, sino también una relación con los distintos actores políticos.

 

Sus reacciones viscerales ante quienes lo cuestionan son ya conocidas desde su época de futbolista profesional. BLANCO se ha caracterizado por ser intolerante a la crítica e intransigente ante cualquier denuncia de falta de resultados. También son conocidos la frivolidad y el desenfado con los que se conduce a pesar de ocupar la más alta investidura política del estado de Morelos.

 

Como es de conocimiento público, en los últimos días Morelos ha ocupado las principales páginas de noticias por los acontecimientos de violencia que se han registrado en su territorio. Pero la situación podría agravarse porque el Poder Judicial local ha advertido que está en riesgo su operatividad ante la reducción presupuestal del 14% que atraviesa en el presente año, ya que sus recursos pasaron de 610 millones de pesos, en 2018, a 523 millones, en 2019.

 

En concreto, el Poder Judicial de Morelos acusa a CUAUHTÉMOC BLANCO de haber reducido su presupuesto en 149 millones de pesos y lo responsabiliza de lo que pueda suceder en cuestión de seguridad en el estado, ya que asegura que con esa disminución no alcanzará a cubrir ni los salarios de los trabajadores durante el año en curso.

 

Pero el desencanto y la desilusión no son exclusivas de Morelos. Otro gobernador que se ha distinguido por su pésimo desempeño al frente de esta responsabilidad es el de Veracruz, CUITLÁHUAC GARCÍA.  Este personaje es acusado por los habitantes de su estado de tener fatales resultados en todos los rubros de su administración.

 

CUITLÁHUAC GARCÍA es señalado, principalmente, por el incremento sustancial de la violencia que se ha generalizado en toda la entidad. Aunque reconoce su notable formación académica –ya que cuenta con dos maestrías, una de ellas cursada en el extranjero-, la ciudadanía veracruzana lo acusa de carecer de carácter, experiencia y voluntad para enfrentar la gran cantidad de problemas que aquejan a su estado.

 

De hecho, algunas encuestas –como la publicada este mes por Arias Consultores- colocan al gobernador de Veracruz, CUITLÁHUAC GARCÍA, como el cuarto peor evaluado del país y a solo siete décimas del último lugar, ocupado por –adivinó, estimado lector- CUAUHTÉMOC BLANCO.

 

En lo que respecta a los mandatarios de Chiapas, Tabasco y Ciudad de México, también enfrentan escenarios adversos en materia de inseguridad y pobreza. Como beneficiarios del repudio a los gobiernos del PRI y del PAN, los gobernadores de MORENA están obligados a responder a las altas expectativas que generaron aunque su triunfo se deba, en mayor o menor medida, al arrastre de AMLO.

 

Lo contrario significaría el desencanto y la desilusión por la recién comenzada Cuarta Transformación, ya que el propio presidente de la República ha manifestado públicamente su respaldo y apoyo a los gobernadores de MORENA, a pesar de que en algunos casos el pueblo ha externado en contra de ellos su molestia y enfado de forma directa y clara.

 

Como siempre, mi total agradecimiento y respeto a quienes me brindan un momento de su tiempo. Hasta la próxima, si Dios lo permite.