• Cutberto Luna García
Por el Placer de Servir

Durante el tiempo que he tenido la oportunidad de compartirles mis ideas y conceptos. Mi interés ha sido y será, el de participar en la mejora social de mi entorno, para que día a día alcancemos lo que cada quien considere le hace feliz. Por ello y reafirmando una de mis convicciones, habré de reflexionar acerca de lo que han implicado los paradigmas, valores entendidos a conveniencia, y hasta otros datos, que hacen que la máxima aspiración humana, entendiendo por tal a la felicidad personal y colectiva, en su sentido más amplio, parezca se nos escapa de las manos, o nos hace ver desubicados.

Pregunto: ¿Nos beneficia que los aviones, los trenes, o los coches viajen más rápido? O que se hable de nanotecnología o cuántica. ¿O que habrá internet hasta en los lugares más lejanos? Si cada día escuchamos que hay más seres humanos que mueren de hambre, sed y enfermedades, aún en nuestro país.  ¿Realmente esa economía y tecnología, le aportará mayor alegría, satisfacción, amor o felicidad a la gente?

Estoy cierto que muchos de los que hoy disponen de poder, riqueza y fama en su camino, han tenido que dejar lo mejor de sí, pues en su obsesión por alcanzarlos, descuidan a sus seres amados, amigos y valores inculcados a él y por él. Lo grave es que una vez logrados esos “sueños”, se transforman en seres envidiosos, egoístas y solitarios. Lo que me lleva a parangonar nuestra vida con el dormir: ¿Importará el tamaño o confort de nuestra cama, si no podemos conciliar el sueño? ¿O esa fama, riqueza, y/o poder nos otorgará un día más de vida con paz y amor?

Nuestra conformación física, espiritual y emocional nos exige satisfacerles para lograr la plenitud y el equilibrio personal. Es importante saber que esos requerimientos físicos son limitados y posibles de realizar sin esfuerzos sobrehumanos, al igual que nuestras necesidades espirituales, que en un momento dado pueden ser las más difíciles de satisfacer, por estar supeditadas a la fe, que no es medible. Y por último a la emocional, que se encarga de dar vida a nuestras acciones y reacciones personalísimas en la vida diaria. Lo que me lleva de nueva cuenta a cuestionar: ¿Por qué dejar parte de nuestra vida, en la etapa productiva, por ir tras la búsqueda de cosas no fundamentales para nuestra felicidad integral? Será acaso que nuestra angustia, insatisfacción, estrés, intranquilidad y algunos miedos, lo que se convierta en la mayor fuente de las dolencias físicas y espirituales, que dañan nuestra vida.

Según los estudiosos de distintas ciencias, afirman que, para alcanzar el equilibrio físico-espiritual, y emocional tenemos que evitar perder la perspectiva de nuestra realidad. La cual para mí es sin duda, la de disfrutar nuestro corto paso por la vida, en paz con nosotros mismos y con aquellos que nos rodean. Siendo nuestro mejor aporte a la sociedad, el de contribuir con la felicidad de las personas. Lo que resulta imposible si uno mismo no lo es. 

Lamentablemente, diariamente muere gente, sin que se pueda hacer nada por evitarlo. Es el momento para entender que todo ciclo se tiene que cumplir. Y que la muerte, no escoge, ni pregunta quién es poderoso, rico o famoso para determinar si se lo lleva o no. Lo mismo acontece con el nacimiento, en el que tampoco importa la condición económica, social, política o intelectual. ¡Simplemente se nace o se muere y ya!

Por ello, desde mi humilde consideración, lo más importante en la vida de cada uno, es vivir y ser felices con intensidad lo que nos toque. Sin importar cuánto, ni dónde. Sino solo con el cómo y el para qué vivir y disfrutar el hoy personal y el de nuestra familia.

En consecuencia y ante la realidad a la que nos encontramos, hoy que estoy muy preguntón. De aquellos que mueren y dedicaron su vida a lograr un futuro incierto de poder, riqueza, y/o fama. Sin importar el tener que sacrificar no solo tiempo, crecimiento espiritual y emocional, sino a la familia misma. Cómo se sentirán al saber de aquellos que se dedicaron a vivir intensamente cada minuto, descansando y compartiendo su tiempo y amor para sí y los suyos, y lograron eso que solo la familia puede dar… Poder, Riqueza y Fama. 

Disfrutemos lo que la vida nos da, aprendamos de los obstáculos que se nos presentan en el camino, levantemos la rodilla después de un tropiezo, demos nuestros pasos firmes y seguros. 

Apoyando a nuestros semejantes y avanzado con la frente muy erguida lo que nos permitirá trascender en esta vida física y hasta nuestro destino final. Porque de lo demás, nada podremos llevarnos. Y eso también es… Dar de Sí, antes de pensar en Sí.

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