• Reyes Ruiz Peña
La verdad no peca pero...

 

Tlaxcala se ha convertido en uno de los estados con MAYOR INCIDENCIA DE ROBO A TRENES. Esta práctica deleznable, por desgracia, ha vuelto a colocar a la entidad como noticia a nivel nacional.

De acuerdo con datos de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario, instancia adscrita a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, durante el cuarto trimestre de 2018, Tlaxcala ocupó el PRIMER LUGAR NACIONAL en robo a productos o carga transportada en tren, al registrar 113 EVENTOS.

Para el primer trimestre del presente año, la situación no mejoró mucho, ya que en ese periodo Tlaxcala ocupó el SEGUNDO LUGAR NACIONAL en robo de productos o mercancías trasladados por el sistema ferroviario, con un registro de 81 EVENTOS. 

Aunque las autoridades locales y federales tienen identificados los municipios donde se cometen los robos al ferrocarril -como Huamantla, Yauhquemehcan, Muñoz de Domingo Arenas y Apizaco-, hasta el momento NO HAN ENCONTRADO LA FORMA DE FRENAR de forma efectiva esta práctica a todas luces ilegal.

Como es sabido, este problema ya tiene bastante tiempo de haber sido detectado, pero MUY POCO SE HA HECHO PARA DARLE UNA SOLUCIÓN CONTUNDENTE. Todo esto a pesar de que reiteradamente se han dado a conocer diversos operativos que realiza la Policía Estatal, en coordinación con autoridades municipales y federales, el Ejército y la Guardia Nacional.

Existe la percepción de que el hurto al tren ha incrementado notablemente a raíz de las acciones que realizó el gobierno federal en contra del robo de combustibles, siendo los estados más afectados Guanajuato, Sonora, Tamaulipas, Puebla, Veracruz y Tlaxcala.

Este delito que se comete con casi absoluta impunidad, deja GANANCIAS MILLONARIAS a quienes han hecho del robo al tren una forma de vida y una práctica en la que han involucrado a habitantes de comunidades enteras.

Se ha dado a conocer a través de diferentes medios de comunicación que cada vez que se lleva a cabo un robo de esta naturaleza, participan cientos de personas, en su mayoría hombres armados que se hacen acompañar de mujeres, niños y ancianos, a quienes los delincuentes utilizan como ESCUDOS HUMANOS para evitar un enfrentamiento con la fuerza pública.

Tal es el caso de la reciente noticia difundida a nivel nacional tras lo ocurrido el pasado 11 de agosto en la comunidad de SAN JUAN BAUTISTA, MUNICIPIO DE IXTENCO, donde varios sujetos -identificados como integrantes de una banda dedicada al robo de mercancías de trenes- GOLPEARON Y DESPOJARON DE 4 FUSILES a elementos de la recién creada Guardia Nacional.

Este hecho, estimado lector, es considerado de suma gravedad ya que se suma a otros eventos similares ocurridos en diferentes partes del país, en los que se observa a través de videos y fotografías cómo elementos de diferentes corporaciones policíacas y militares son AGREDIDOS Y HUMILLADOS por civiles, que demuestran una falta absoluta de respeto y de temor a la autoridad legalmente constituida.

Considero que es momento de que los gobiernos local y federal, a través de las fuerzas civiles y militares, y de una efectiva procuración y administración de justicia, ACTÚEN DE MANERA CONTUNDENTE en contra de estos delincuentes.

La vieja y trillada excusa de “si nuestros gobernantes roban a manos llenas y no los castigan, ¿nosotros por qué no?”, debe quedar atrás porque argumentos tan falaces como éste hoy tienen a nuestro país cerca de una CRISIS DE GOBERNABILIDAD.

Incluso, en virtud de que el párrafo segundo del artículo 19 constitucional considera ya como DELITO GRAVE el robo al transporte de carga en todas sus modalidades, me pregunto QUÉ ESPERAN LAS AUTORIDADES PARA APLICAR LA LEY y así empezar a COMBATIR VERDADERAMENTE LA IMPUNIDAD, que es la causa principal que alienta la delincuencia.

Como siempre, mi total agradecimiento y respeto a quienes me brindan un momento de su tiempo. Hasta la próxima, si Dios lo permite.