• Cutberto Luna García
Por el Placer de Servir

Creo que en todas las épocas se ha escuchado fuerte y quedito, que la sociedad en general, atraviesa por graves situaciones de dinero, comportamiento, salud y más. Lo que se ve reflejado en diversas denominaciones a esas alteraciones físicas y mentales de los individuos.  A una de ellas, la más común se le ha denominado “Estrés”. Mismo que es y ha sido producido desde mi humilde perspectiva, por la falta de reflexión personal y/o de balance entre lo malo que pareciera es lo que prevalece en nuestras vidas y lo bueno que nos toca vivir. A esas cosas buenas en su mayoría, les llamaría “Bendiciones” de las que muchas veces nos olvidamos.

Hoy quiero decirles que, a esas cosas buenas o Bendiciones, que nos da la vida, el destino, la suerte, nuestro sino, Dios o cómo le queramos llamar. Tienen dos características que las hacen especiales y sobre todo fundamentales: la primera: que se puede disponer de ellas sin gran esfuerzo; y la segunda, que son totalmente gratuitas. Es decir que no requerimos de una sola moneda para obtenerlas. En mi casa paterna, fuimos educados con muchas frases populares, pero llenas de sabiduría. Uno de esos refranes dice: “De lo que no cuesta se hace fiesta”. Y efectivamente, no le damos valor extrínseco y menos intrínseco a lo que se nos ofrece son valor alguno. Lo que hace para mí, que   nuestra vida sea menos agradable de lo que realmente tendría que ser.

Es muy notorio que cuando tratamos con alguna persona que es alegre, sonriente, dicharachera y satisfecha de qué, no lo sé, pero se observa y nos lo llega a contagiar. Pues lo irradia y sabemos que se trata de alguien que disfruta de la vida. Y que por lo regular es la vida misma, el poder percibir por los sentidos, el dar y recibir amor, esperanza, creer en la gente y tantas otras cosas que hay en el mundo. Y por ello los queremos emular.

Nos acontece lo mismo, cuando tenemos la oportunidad de tratar con aquellos que parecen pensativos, preocupados, tristes, perturbados o molestos. Que de igual forma, generan en nosotros una reacción similar, por decir lo menos. Seguro estoy, que hemos tenido la oportunidad de cuestionar a más de uno, acerca del porqué de esa actitud. Y la respuesta tiende a ser casi siempre la misma. Que es consecuencia de la sensación de insatisfacción, necesidad o carencia de algo que desde mi perspectiva puede ser equivocadamente fundamental. Pero que además tiene solución o lo pueden resolver.

Quizá si fuéramos un poco menos complicados, entenderíamos que la naturaleza o el Ser Supremos nos dieron muchas cosas fundamentales para nuestra vida sin costo alguno. El aire por ejemplo, que no requiere esfuerzo o erogación alguna para obtenerlo; Otro caso es el agua, que sin el vital líquido no podríamos vivir más allá de una semana. Pero la conseguimos en todas partes y con facilidad. La mayoría de los alimentos que están disponibles y en la mayoría de los casos a bajo costo. Y no se diga el amor, motor contundente en la vida de todo hombre, y me refiero al género. Sin el cual, resultaría harto difícil realizarnos en lo material y lo espiritual. Y lo principal, tampoco se vende y fácilmente, si queremos, lo podemos alcanzar con esa característica de reciprocidad que siempre se busca. 

En contraparte, las carencias a las que nos enfrentamos de manera regular, y a las que les damos prioridad son: el trabajo que implica dinero para gastar en necesidades más allá de lo elemental como casa, ropa, vehículos, viajes, joyas y más. Que no son fundamentales ni para vivir y menos sobrevivir física ni biológicamente. Por tanto, cuando las tenemos que enfrentar con diligencia y energía, logramos superarlas sin mucha dificultad. Pues al final de cuentas en estricto sentido, esos no son problemas. Son circunstancias por resolver y afortunadamente con las experiencias vividas a lo largo del tiempo, lealtad, trabajo y compromiso aprendemos y nos capacitamos para solucionarlos.

Paradójicamente, considero que no se trata de disfrutar sin esfuerzo alguno de las bendiciones o cosas buenas que nos da la vida, ni tampoco que ocupemos nuestra mente en convertir en grandes preocupaciones la carencia de cosas que no son fundamentales para la vida. Estoy cierto que si reflexionamos sobre lo maravilloso que es disponer de tantas bendiciones o cosas buenas que nos ofrece la vida. Podríamos balancear las carencias de la vida diaria y habría tendencia a bajar nuestro estrés. Mismo que por cierto es fuente de muchas enfermedades. Y hablando de bendiciones, una hoy cumple 22 años. Le auguro y decreto más Bendiciones e Inteligencia que lo lleven a más metas y éxito. #Nhp Porque eso es…. Dar de Sí, antes de pensar en Sí.

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