• Pedro Morales
Aquí Xicohténcatl…

 

I de tres partes

En Tlaxcala, como en el resto del país. los partidos políticos enfrentan su realidad; a más de un año de distancia de la debacle electoral donde perdieron todo y el ganón fue Andrés Manuel López Obrador y su partido MORENA, juntos se llevaron todo gracias al voto parejo.

El golpe fue tan devastador que la mayoría de los partidos aún no asimilan su realidad, los electores ya hablaron en las urnas y ahora en las futuras elecciones las siglas ya no cuentan, ni los candidatos, los votos van a ser jalados por resultados y si no hay resultados, no hay voto.

En las elecciones que vienen, los electores se inclinarán, como es evidente, por candidatos mejor preparados, lejos de las improvisaciones o como los milagros del político tabasqueño que con paciencia logró el sueño mexicano imposible.

Tras los recuentos de los daños, una y otra vez los partidos, sus dirigentes y militantes sueñan con regresar al poder, pero al menos en Tlaxcala ya nada es ni va a ser, ni será como antes.

Sin duda, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Tlaxcala vive su peor momento al ubicarse en el quinto lugar en la preferencia electoral luego de la elección de diputados federales y en cuarto tras la elección de gobernador.

En la actualidad solo queda el cascarón de lo que fue, las tribus se llevaron poco a poco la proteína y de esos restos sigue la fuga hacia Morena, que significa el último bastión para las izquierdas de Tlaxcala.

Parece que fue ayer cuando la entonces gobernadora de Tlaxcala, Beatriz Elena Paredes Rangel incluyó la Corriente Democrática al interior de su partido, el PRI, aún no se vislumbraba el rompimiento de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.

En ese entonces, dentro del PRI, varios miembros se sintieron agraviados al ver una contradicción entre el discurso y las políticas reales del gobierno, encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, este grupo de priistas disidentes formaron la Corriente Democrática del PRI.

En Tlaxcala, Beatriz Paredes en automático retiro de su discurso de gobernadora de Tlaxcala la frase de “Corriente Democrática del PRI”, sin embargo el daño ya estaba hecho y no le permitieron acabar su sexenio y la mandaron de embajadora a Cuba.

A esta escisión del PRI se sumó el Partido Mexicano Socialista (PMS) que, a su vez, había conjuntado ya a diversas organizaciones: el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), dirigido por Heberto Castillo y José Álvarez Icaza.

Por el Partido Socialista Unificado de México (PSUM), Arnoldo Martínez y Gilberto Rincón Gallardo; el Partido Patriótico Revolucionario (PPR), de Camilo Valenzuela y Jesús Zambrano; y el Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), dirigido por Carmelo Enrique, entre otros.

Más adelante se sumaría el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), que tenía entre sus líderes a Jesús Ortega, Carlos Navarrete y Graco Ramírez.

Cabe destacar que estos líderes fueron los verdaderos fundadores en Tlaxcala del PRD, porque llegaron a realizar una reunión en el auditorio del Cecati, en la capital del estado que fue encabezada por Heberto Castillo y Gilberto Rincón Gallardo.

Aunque la mayoría de los grupos que dieron pie al nacimiento de este partido ya habían competido en las elecciones presidenciales de 1988 bajo las siglas del Frente Democrático Nacional –con Cuauhtémoc Cárdenas como candidato–, los primeros comicios federales en los que participó el PRD como partido fueron las elecciones intermedias de 1991.

En Contla de Juan Cuamatzi se ubica a los llamados perredistas de la “vieja guardia”, Ubaldo Lander Corona, Eustolio Flores Conde, Pedro Cocoletzi, Narciso Xicohténcatl, entre otros, llevaron al PRD a su primer triunfo en ese municipio al arrebatar la presidencia municipal al PRI.

Se recuerda a Pedro Cocoletzi por su acto temerario de colocar una capucha negra en el hombro de  Carlos Salinas de Gortari, en una gira que realizó en Tetla de la Solidaridad, pese a la presencia de elementos del Estado mayor Presidencial, ahí se ganó las simpatías.

Pero eso fue al inicio, ya que la historia del PRD en Tlaxcala ha sido escrita por el oportunismo y no por el  trabajo político o de organización de la dirigencia o de la militancia.

SALE EL SOL AZTECA

El proceso natural de ciudadanización surgió producto de los cambios en el modelo socioeconómico que se reflejan en la composición de la ciudadanía y en los procesos  político–electorales.

En 1986, la izquierda estaba representada por cinco partidos políticos que en conjunto no alcanzaban más del 2 por ciento del total de la votación, mientras el PRI se alzaba con 172 mil 940 votos, el PSUM (2 mil 894), PPS (408), PST (240) y PRT–PMT (214).

La participación del Frente Democrático Nacional (FDN) en 1988 eleva 3.5 veces las preferencias por la izquierda; 13 mil 328 votos que aportan básicamente cinco municipios: Papalotla (2 mil 292), Totolac (mil 376), Tlaxcala (mil 343), Zacatelco (mil 154) y San Pablo del Monte (mil 76).

En la elección federal de 1994, el PRD participa ya como partido y obtiene en Tlaxcala 54 mil 29 votos que representan el 15.73 por ciento del  total, aunque en la elección local del mismo año sólo gana una presidencia municipal: Mazatecochco.

El saldo de la elección federal coloca al PRD como segunda fuerza en Amaxac, El Carmen Tequexquitla, Ixtenco, Contla, Sanctórum, Nanacamilpa, Acuamanala, Panotla, Tenancingo, Terrenate, Tetlatlahuca, Zitlaltépec, Xaloztoc y Papalotla.

La elección local de 1998 aprovecha la coyuntura de una reforma electoral que deja abierta la posibilidad de que una misma persona sea registrada como candidato por varios partidos, quienes no aparecen en la boleta juntos  sino por separado y al final se suman los votos.

Las posibilidades de que los partidos de oposición al PRI fueran coaligados habían sido planteadas por varios organismos ciudadanos, lo que fue  aprovechado por la dirigencia del PRD  para convocar a la formación de una alianza.

Con un candidato del PRI, tres partidos fueron por la izquierda (PRD–PT–PVEM), lo que les permitió sumar 150 mil votos, de los que 90 mil 416 fueron aportados por el PRD, con lo que se convirtió en la primera fuerza y en gobierno con Alfonso Sánchez Anaya.

El triunfo del PRD en Tlaxcala, fue consecuencia de los cambios que en la estructura ciudadana provocó la economía industrial,  la urbanización y la educación que incidieron en el surgimiento de la ruptura en el partido gobernante, pero no alcanzó para construir un proyecto de izquierda.

Durante el sexenio de Sánchez Anaya se reflejó el viejo PRI, pero más populista que nunca, creó más de doscientas Ongs` y se despachó con la cuchara grande, pero borrachos de poder, los  senadores y diputados federales y locales del PRD no tuvieron idea de que significa ser de izquierda en el siglo XXI.

Alfonso Sánchez Anaya trató de imponer a su esposa Mary Carmen Ramírez como candidata a la gubernatura, pero su propuesta le costó su capital político, tan es así que abandono las filas del PRD para refugiarse en Morena y sentirse arropado por Andrés Manuel López Obrador quin hace un año le dio empleo administrativo.

Continuará parte II