• Roberto Rock
Ha protagonizado ya otras crisis desde posiciones relevantes de la política.

Con febrero comenzó el conteo regresivo para que el fiscal general Alejandro Gertz presente la propuesta, a la que está obligado por ley, con el diseño de transición hacia la nueva entidad bajo su mando desde la estructura aún vigente de la extinta Procuraduría General de la República. El problema es que la polémica nacional ante la contrarreforma judicial, que sin duda él postulaba, parece haberlo dejado desnudo de proyecto, de respaldo político y de autoridad moral.

 

Gertz promovió públicamente, en dos ocasiones en los últimos 20 años, las mismas propuestas que se difundieron el pasado 15 de enero al tiempo que se efectuaba una confusa ceremonia en el Senado.  Aunque el fiscal se deslindó oficialmente del  documento (más de 600 páginas) filtrado en la víspera a los medios, ha quedado atrapado en una crisis que exhibe sus huellas digitales cuando apenas ha cumplido el primero de los ocho años para los que fue designado.

 

 

Tras esa fecha, los pasillos de Palacio Nacional han recibido la formal incomformidad del presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, por ingredientes de la ya llamada “Ley Gertz”,  entre ellas la pretensión de que la fiscalía cuente con jueces administrativos que juzguen a integrantes del Poder Judicial de la Federación, o que el Ministerio Público pueda retirar de un caso a un juez federal e incluso someterlo a investigación. Además de suprimir de un plumazo derechos humanos que ha tomado décadas construir.

 

 

Alfonso Durazo, secretario de Seguridad, se dice escandalizado por la intentona de que la fiscalía controle a la Guardia Nacional. Ya ni hablar de la pretensión de darse, por sí y para sí su propio presupuesto y manejarlo en forma discrecional. Algún consejero efiebrado dejó de explicarle a Gertz que autonomía no es autarquía.

 

 

Aunque el líder senatorial de Morena, Ricardo Monreal, cabildeó intensamente para apropiarse del mérito de haber frenado la “Ley Gertz”, dibujándose con un sabio componedor, es evidente que la desautorización hacia el fiscal provino directamente del más cercano círculo presidencial.

 

 

La deriva, el alejamiento del fiscal frente al sentido común fueron documentados hace algunos días, con rigor jurídico, en un texto de Rodolfo Félix, ex procurador capitalino y litigante por décadas.

 

 

 En el mismo queda de manifiesto que al menos en dos momentos de su vida pública Gertz propuso “esencialmente”  las mismas leyes. Ello ocurrió en un artículo publicado como secretario de Seguridad Pública en el sexenio Fox, titulado  “Una Reforma Integral Para la Seguridad Públioca”. Casi 10 años después, como diputado federal por Convergencia, introdujo una iniciativa de reformas legales “en la misma línea de pensamiento”, refiere Félix, quien aporta amplios detalles sobre estos episodios.

 

 

Gertz Manero, actualmente de 80 años, ha protagonizado ya otras crisis desde posiciones relevantes de la política. 

 

 

En los primeros meses de la presidencia Fox, recién designado en Seguridad Pública, estuvo al centro de una confrontación que amenazó con una dolorosa debacle al primer gobierno de alternancia.  Desde el interior del gabinete se refirió entonces que Gertz estuvo implicado en un presunto incidente aduanal en Estados Unidos del que pudo haber derivado un arresto, lo que habría sido evitado gracias a negociaciones con Washington. En privado, sin embargo, el funcionario aseguraba que su trabajo era saboteado por Adolfo Aguilar Zínser, entonces coordinador del Gabiente de Seguridad, y por Jorge Castañeda, canciller.

 

 

En el equipo de transición de Andrés Manuel López Obrador, Gertz se perfiló hacia una subsecretaría en Seguridad Pública, pero nunca permitió que su jefe, Alfonso Durazo, olvidara quién había fundado la dependencia.  Durazo respiró aliviado cuando a última hora aquél fue nombrado encargado de la Procuraduría General de la República, y se coló luego a la fiscalía.

 

 

Más recientemente, Gertz ha impulsado una confrontación con el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, por sus reportes sobre personajes y entidades a las que se han congelado cuentas ya activos ligados a defraudaación fiscal o lavado de dinero. Nunca ha sido muy convicente sobre por qué quiere silenciar a este funcionario. Es poco sabido, pero Gertz llegó al exremo de abrir dos estrafalarias investigaciones contra Nieto.

 

Ahora, en este nuevo ciclo de sus horas bajas, la posición y el futuro de Gertz Manero lucen harto sombríos. ([email protected]).