• Juan Carlos Sánchez García
“La edad del equilibrio; la difícil ruta ascendente al desafío supremo”

Aprecio mucho tenerte cerca y poderte compartir mi Gran Proyecto llamado "TLAXCALA". 

Estimado lector:

Estoy empeñando mi vida para conseguirlo. A mis 44 años me siento en el mejor momento para continuar una batalla sin descanso contra la pobreza, la injusticia y la inseguridad. Luchar trabajando jornadas completas hasta conseguir una buena salud para mis hermanas y mis hermanos tlaxcaltecas.

Lo digo con humildad, plenamente convencido; hay que llegar fuerte porque la guerra es total contra los enemigos de mi Tierra y de mi Gente y más de aquellos que se creen dueños del poder por que siempre han ocupado los principales cargos públicos.

Debe ser complejo sostener el sable y batirse en combates hasta conseguir la victoria para aquellos o aquellas a quienes los calendarios se les acumularon en pilas de planes irrealizados, aquell@s que perdieron su oportunidad de gobernar por sobajar al paisan@.

Uno se emplea a fondo trabajando la tierra cuando tiene el pecho lleno de ilusiones, cuando la madurez llegó para equilibrar el frenesí de la juventud, sin mermar en absoluto las capacidades físicas.

Expreso con mucho respeto a mis amigas y amigos, que llegó el momento esperado por todos. Esta es nuestra oportunidad para corregir rutas equivocadas, para reconocer acciones y obras con el rumbo correcto.

Hoy es el día en que emparejamos nuestra ilusión Suprema: una Patria Chica de regreso al concierto nacional sin fobias de colores, ni de grupos. Al contrario, en búsqueda exitosa de la amplia estrategia para encontrar soluciones y aplicarlas, y no pretextos que nos atrasen y nos confundan, logremos quitar para muchas personas la idea de que TLAXCALA NO EXISTE, o que si es Tlaxcala municipio de Puebla o de Veracruz.

Vengo de abajo. Sé lo que es la pobreza. Conozco los anhelos y sueños de un pobre, lo vivo en carne propia.

No es lo material lo que mueve a mis hermanas y hermanos en situación de apremio, sino  los valores que en su interior demoran para encontrar la plenitud. Un pobre no piensa en comprar miles de pesos de felicidad, quiere la felicidad completa. Y tiene derecho a obtenerla.

Un pobre no anhela comprar salud en el mercado. No desea soluciones a medias a su hambre de justicia, de seguridad, de empleo.

La edad del equilibrio, estos 44, también me regaló una forma muy amplia de ver las cosas.

Hoy construyo puentes y abro ventanas entre los estratos que nunca encontraron formas de discusión edificante.

Sé lo importante que es impulsar a los generadores justos de riqueza, pues en sus manos está la multiplicación de empleos. Sé que no debe haber tregua en la apertura de brechas para que ambos, ricos y pobres unan sus miradas en visiones amplias, en sepultar resentimientos y apostar a un pacto renovado que nos permita sobreponernos a tanto castigo.

Y con esa claridad de ver las cosas, manifiesto toda mi admiración por las clases medias, gentiles minas de fortaleza para mi raza tlaxcalteca, abrevando en las fuentes de conocimiento que salpican progreso y dignifican a los hombres y a las mujeres.

Me gustaría que resuenen estos anhelos en mis amigas, en mis amigos. Que antes de abonar en el mínimo desencuentro, nos ocurra lo mejor: aceptarnos como somos y juntos emprender el difícil camino ascendente que pronto nos llevará al desafío supremo.

Le agradezco a mis amig@s de los 12 medios digitales que me hacen el favor de publicar mis opiniones.

Ing. Juan Carlos Sánchez García SAGA
Col3