Empiezo esta locura de intentar dar razón al propio término locura explicando porque algo que de inicio parece negativo, como la locura, trasforma nuestro mundo.
Hoy vemos como todo es un caos, los maestros dan clases por internet o por Whats App, o por teléfono, o personalizadas en donde no tienen acceso a estos medios; los niños ven televisión como forma de continuar sus estudios, algunos quizá no entiendan aún porqué antes su mamá les decía que no vieran la tele tanto tiempo y ahora los sientan ahí por algunas horas; las mamás, sobretodo, se volvieron maestras de sus hijos, intentando seguir el paso de las clases y recordar lo básico para poder ayudarles, pero al mismo tiempo haciendo lo que siempre hacen, trabajar ya sea en sus trabajos o en su casa, así es que esto implica un gran esfuerzo y dedicación. Si nos hubieran dicho que esto iba a ser así hace tan sólo un año, diríamos que es una locura. ¿Es una locura?
En medio de este caos generado por la pandemia quiero emprender esta locura de plantear temas desde perspectivas que nos generen dudas, que nos las resuelvan o que simplemente nos hagan pensar sobre lo que estamos haciendo, sobre lo que estamos viviendo, sobre lo que ha cambiado no sólo en nuestra vida, sino en la sociedad misma y quizá poder encontrar a la razón de la locura como un elemento que pueda transformar la sociedad y nuestras vidas.
La locura en sí misma ha sido objeto de libros y películas, y es que nos parece que el ser loco es malo, ridículo, anormal. Y justo aquí quiero señalar que la locura a la que me voy a referir no es a aquellas situaciones biológicas que producen una enfermedad que lleva a comportamientos erráticos. Aquí me referiré a la locura que se utiliza en términos coloquiales como cuando decimos “estás loco” a alguien que hace, piensa o dice algo que parece fuera de la norma, muy raro, o simplemente casi imposible de hacer.
Regresando al tema de reinicio escolar vemos que es una locura, sin embargo, tomemos esa locura como una oportunidad, hoy veo maestros haciendo un gran esfuerzo para dar sus clases, algunos aprendiendo cuestiones digitales, otros más haciendo videos, poniendo pizarrones en sus casas, murales, ¡su imaginación tuvo una sacudida! Y hoy más que nunca están demostrando de qué están hechos, así es que les invito a que en medio de este caos intentemos ser locos que transforman las cosas, que se esfuerzan por dar lo mejor de sí, finalmente los locos son los que mueven el mundo.
Me despido no sin antes agradecer la oportunidad de plasmar en este medio estas ideas, gracias Martín Ruiz por ser también un loco que vio, antes que muchos, que la comunicación digital iba a marcar el rumbo del periodismo y la comunicación, lo que llevó a poner los reflectores en éste ámbito a nuestro estado.