• Reyes Ruiz Peña
La verdad no peca pero...

 

JOEL MOLINA, hijo del recientemente fallecido senador por Tlaxcala, Joel Molina Ramírez, no solo heredó el nombre de su padre sino también su vocación política y su inquietud por participar activamente en los asuntos públicos de nuestra entidad.

De acuerdo con una nota periodística publicada la mañana de este lunes en E-CONSULTA, Joel Molina ha decidido incursionar como actor protagónico en la política local y, de entrada, busca convocar a quienes colaboraban con su padre con el propósito de retomar las ideas e impulsar la transformación que el extinto senador quería para Tlaxcala.

De concretarse los planes del joven Molina, como político tendrá ante sí una enorme oportunidad de trascender porque muy probablemente contará con el apoyo de buena parte de las redes que su padre cuidadosamente tejió durante su larga carrera en el servicio público.

Sin embargo, también deberá cargar sobre sus hombros el peso de la amplia trayectoria política del profe Molina, a quien en vida se le reconoció un vasto conocimiento en los asuntos de la política local y cualidades como disciplina, perseverancia y esmero en el trabajo.

Aunque hoy su camino por la política está comenzando, Joel Molina cuenta con solidez académica ya que es licenciado en Derecho, con una maestría en Derecho Fiscal, y con distintos diplomados en Derecho Laboral, Derecho Registral, Marketing Político, así como Defensa y Estrategia Fiscal.

Además, tiene las bases necesarias para construir una carrera política trascendente porque, como colaborador cercano del profe, aprendió sus primeras lecciones en este oficio y ahora está convencido de continuar con el cambio que su progenitor impulsaba para el estado y el país.

Desde este espacio le deseo el mayor de los éxitos al joven Joel Molina porque creo que honrará la memoria de su padre haciendo bien las cosas y poniendo el interés colectivo y el amor a Tlaxcala por encima de todo.

Como siempre, mi total agradecimiento y respeto a quienes me brindan un momento de su tiempo. Hasta la próxima, si Dios lo permite.