• Reyes Ruiz Peña
La verdad no peca pero...

 

El histórico triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador el 1 de julio de 2018, fue un grito multitudinario en contra de la impunidad y la corrupción. Hoy, a dos años de distancia, MORENA podría incurrir en una grave contradicción al mandato popular de 2018 si postula a la gubernatura de

Tlaxcala a DULCE MARÍA SILVA HERNÁNDEZ, porque su candidatura representaría la reedición de las peores prácticas de la ‘política de cuates’ del pasado.

 

Si Dulce Silva es candidata de MORENA, será un duro golpe para quienes hemos apoyado la Cuarta Transformación. Ningún argumento racional puede defender la postulación de una persona improvisada en la política cuyos principales méritos son poseer una inmensa fortuna económica y ser esposa de CÉSAR YÁÑEZ, antiguo colaborador del hoy presidente de la República.

 

Otorgarle a Dulce Silva la candidatura al gobierno de Tlaxcala sería para MORENA y para la Cuarta Transformación una derrota moral, aún cuando obtenga el triunfo en las urnas. La huamantleca representa el compadrazgo, el amiguismo, la frivolidad y el dispendio de recursos del viejo régimen que reiteradamente han sido repudiados por López Obrador.

 

En la trayectoria de Dulce Silva no existe ningún mérito para ser considerada seriamente como aspirante a la máxima magistratura del estado. Es más, para los tlaxcaltecas su nominación representaría un agravio porque sería vista como un regalo de bodas para la pareja Yáñez-Silva.

 

Y es que en Tlaxcala no olvidamos que la propia Dulce Silva se encargó de presumir su boda con César Yáñez en la revista HOLA, una de las publicaciones más fifís que circulan en México; la misma en la que Angélica Rivera ‘La Gaviota’ presumía su vida y sus viajes como primera dama en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

 

En el afán de hacer pública su unión matrimonial y la presencia de AMLO como su testigo de honor, la pareja Silva-Yáñez exhibió y expuso a la crítica al entonces presidente electo por también aparecer en la portada de la revista

HOLA. Ese error le costó a César Yáñez ser degradado en el equipo de colaboradores de López Obrador.

 

Menciono este episodio, estimado lector, para ilustrar la frivolidad y el sentido aspiracional que rige el actuar de Dulce Silva. Sin tener ninguna experiencia en la vida pública, de pronto decidió participar en política porque tiene el dinero para comprar opiniones y conciencias, y porque supone que goza de la aprobación presidencial.

 

Si se concreta el capricho de Silva Hernández, ¿dónde quedaría la credibilidad de un naciente proyecto transformador que busca regenerar la vida pública del país? Tlaxcala ha sido siempre un bastión de López Obrador y no puede ser visto como un simple regalo de bodas, ni merece más imposiciones e improvisaciones.

 

En el estado tenemos varios ejemplos de imposiciones e improvisaciones fallidas. Maricarmen Ramírez, esposa del entonces gobernador Alfonso Sánchez Anaya, quiso sucederle en la gubernatura y perdió a pesar de contar con el apoyo de todo el aparato gubernamental. Adriana Dávila también fue impuesta como candidata a la gubernatura por un capricho del presidente Felipe Calderón y, pese al brutal dispendio de recursos, también fue despreciada en las urnas. Con esos antecedentes, MORENA no puede arriesgarse a una nueva improvisación fallida.

 

Como siempre, mi total agradecimiento y respeto a quienes me brindan un momento de su tiempo. Hasta la próxima, si Dios lo permite.