• Reyes Ruiz Peña
La verdad no peca pero...

 

 

Se debe reconocer que en la coalición ‘Unidos por Tlaxcala’, integrada por PRI, PAN, PRD, PS y PAC, saben tejer acuerdos y alcanzar negociaciones para repartir el pastel. Pero esto no tendría por qué sorprendernos, estimado lector, ya que se trata de los mismos partidos políticos que nos han gobernado siempre.

 

A todos nos consta, porque lo hemos padecido en carne propia, que PRI, PAN y PRD son especialistas en ponerse de acuerdo aun a costa de desahuciar al

país. Estos partidos fueron los principales actores de las “grandes” reformas del expresidente Enrique Peña Nieto a través del llamado Pacto por México.

 

De los partidos locales Socialista y Alianza Ciudadana tampoco se puede negar su vocación negociadora. Los fundadores de estos institutos tienen sexenios enquistados en el poder político por su innegable capacidad de alcanzar acuerdos.

 

Entonces el hecho de que la senadora Minerva Hernández Ramos se haya sumado a la causa de Anabell Ávalos Zempoalteca, virtual candidata de esta alianza a la gubernatura de Tlaxcala, tiene muy poco de sorprendente y de meritorio aunque se haya anunciado como un gran logro.

 

Si siendo CANDIDATA a la gubernatura, la entonces perredista Minerva Hernández declinó a favor de la panista Adriana Dávila en 2010, ¿por qué esta vez, como PRECANDIDATA del PAN, no iba a sumarse a la priista Anabell Ávalos? Obviamente el apoyo no vendría en automático porque era necesario negociar y llegar acuerdos.

 

Pero en todo este circo, lo que indigna es que una Senadora de la República abandone sus obligaciones como representante de Tlaxcala en el Congreso de la Unión para dedicarse a coordinar una campaña política. ¿Ese es el compromiso de nuestros representantes populares con el estado y los tlaxcaltecas?

 

Desde luego que ser coordinadora general de una campaña no es cosa menor, pero mezclar la politiquería con la actividad parlamentaria degrada la investidura y la imagen de cualquier legislador federal sea del partido que sea.

 

Y aunque la senadora Minerva Hernández goza de un merecido reconocimiento por su capacidad en materia fiscal y de finanzas públicas, a lo largo de su trayectoria solo ha ganado una elección por voto directo, lo cual pone en duda su capacidad para coordinar una campaña. Tampoco se le conocen atributos para movilizar estructuras ni trabajo a ras de tierra.

 

Por todo lo anterior, estimado lector, considero que la presentación de Minerva Hernández como coordinadora general de campaña de Anabell Ávalos solo fue una medida propagandística desesperada de la coalición ‘Unidos por Tlaxcala’ para proyectar hacia los votantes una imagen de fortaleza que contrasta con su debilidad en la preferencia del electorado tlaxcalteca.

 

Como siempre, mi total agradecimiento y respeto a quienes me brindan un momento de su tiempo. Hasta la próxima, si Dios lo permite.