• Héctor A. Villalba
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Luego del escándalo mediático que provocara el eslogan “Tlaxcala Sí Existe”, y por el cual el estado fue objeto de la atención de muchos alrededor del mundo, uno esperaría que la política en términos turísticos tendría que reinventarse, tendría que explorar otras vertientes poco explotadas en este sector, pero nooooooooooooo. 

El día de ayer se presentó la rascuacha Ruta turística Tlaxcala-Ciudad de México, que pretende que los capitalinos puedan conocer el “atractivo turístico de Tlaxcala” mediante un vehículo que operará semanalmente. En contubernio y posiblemente asociación financiera con la empresa ADO, la secretaría de cultura quiere que por la cantidad de 799 pesos, vengan a conocer lo mismo de siempre.

La estrategia para atraer turismo es hasta ahora, la misma de siempre, visitas exprés, guiadas, pasar al restaurante favorito de los funcionarios fifís del gobierno y fuga, regresar a la CDMX sin que ello represente conocer verdaderamente a Tlaxcala.

Alguien debería decirle a Chepis, que si lo que quiere es atraer clientes para su changarro, lo haga fuera de sus actividades como servidora pública, porque como que no cuadran sus buenas intenciones.

Si a la poco lúcida funcionaria le importara que se conociera el Centro Histórico, los Murales del Palacio de Gobierno, la plaza de toros Jorge “El Ranchero”, el Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción y Val Quirico ya hubiera empezado por realizar tours virtuales y con inteligencia artificial disponible para computadoras y teléfonos móviles con cascos de realidad virtual, para que así, Tlaxcala se vea alrededor del mundo sin barreras y sin la necesidad de pagar 799 pesos.

Seguro habrá quien venga a Tlaxcala mediante esta estrategia poco novedosa, pero hay que experimentar con otras formas de hacer turismo, porque al final del día, están vendiendo los mismos atractivos que se venden cada gobierno. 

Nuestro estado ha cambiado y crecido mucho en los últimos veinte años, quizá la que debería empezar a recorrerlo y conocerlo es la propia secretaria de turismo. 

Por último, muy bonitos sus autobuses y todo, pero la próxima vez, podría intentar colocarlos en espacios que no retrasen la movilidad y que no obstruyan la poca infraestructura dedicada a personas con discapacidad, porque eso sí, turísticamente, se estacionaron sobre rampas y cruceros peatonales.