• Héctor A. Villalva
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Es bien sabido que en los últimos gobiernos uno de los delitos que más se cometían era el robo de vehículos y autopartes, llegando a ser minimizado por funcionarios marianistas y menistas bajo el argumento de que “nomás se robaban tsurus y bochos”, y de esa forma trivializaban la seguridad de los tlaxcaltecas.

El robo de vehículos y autopartes era un grave problema que enfrentaba Tlaxcala, y que no era exclusivo de alguna región o municipios, durante los últimos 10 años se permitió que bandas dedicadas únicamente a desvalijar vehículos operaran sin mayor problema. Y esa permisividad de la autoridad, ocasionó que este delito se disparara.

Hoy en Tlaxcala, sigue habiendo robo de vehículos y autopartes, pero la diferencia es que ahora sí se está atendiendo, evidentemente no se va a terminar esta pesadilla en un año, pero las muestras claras de atención se ven: tenemos la reactivación de arcos de seguridad, que durante los mandatos de Marco Mena y de El Manchis sólo fueron un adorno.

La activación de estos arcos permite identificar rápidamente algún vehículo con reporte de robo, de igual forma, la habilitación del REPUVET contribuye a disminuir la incidencia delictiva. Incluso durante la aplicación de estas estrategias, se dio cuenta de que existían algunos vehículos con reporte de robo que eran vendidos entre particulares.

El robo de vehículos y autopartes se ha atendido por parte de la autoridad, ahora se espera que los ciudadanos sigan denunciando y utilizando los programas que permitan mitigar este delito que, todavía existe pero que no se minimiza.

Seguramente, este delito no dejará de ocurrir durante este sexenio, pero las estrategias y programas están encaminados a que, en un futuro, la incidencia sea mínima, pasamos de un estado donde “nomás se robaban tsurus y bochos”, a uno con una estrategia clara para atender lo que a otros gobiernos poco importaba.