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  • Pedro Morales
Cuenta con una colección de 120 piezas destacan once esculturas de los Señores de Cacaxtla.

Cacaxtla, Tlax.- Tras la desaparición formal de la Secretaría de Turismo de Tlaxcala, el gobierno estatal ha dejado de lado la promoción del principal polo turístico de la entidad, que guarda tesoros invaluables de nuestra historia.

Es el caso del Museo de Sitio, donde se atesoran evidencias de la cultura Olmeca-Xicallanca , con un nuevo guión científico y una museografía actualizada que pone en contexto el desarrollo de la ciudad prehispánica de Cacaxtla.

Así como un montaje que revela los secretos de su pintura mural, cuyos diseños y tonalidad permanecen después de mil años, concluyó la reestructuración del Museo de Sitio de esta zona arqueológica de Tlaxcala..

La renovación del espacio, que abarca alrededor de 700 metros, fue total, sustituyéndose los materiales de la antigua construcción a base de adobe, madera, tejamanil y teja.

Se cambiaron por unos más modernos y adecuados para albergar un acervo que ahora asciende a 120 piezas arqueológicas, destacando la colección denominada los Señores de Cacaxtla.

Colaboraron expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia INAH-Conaculta, para acercar al público los atractivos de Cacaxtla, principalmente sus murales prehispánicos.

Guillermo Goñi Motilla, director del sitio arqueológico, comentó que para ello se realizaron reproducciones a escala de la pintura mural, de esta manera se podrán admirar a escasos centímetros de distancia los detalles del Hombre jaguar.

Una de las figuras dispuestas en las jambas del Edificio A, las escenas acuáticas del Templo Rojo y el Hombre escorpión, del Templo de Venus, entre otras representaciones.

Mientras, por medio de una pantalla de plasma, los asistentes se enteran de la técnica usada en la antigüedad para crear estos murales, que después de un milenio aún se pueden apreciar.

De acuerdo con la restauradora Diana Magaloni Kerpel,  quien ha realizado diversos estudios sobre la pintura mural de Cacaxtla, ésta posee elementos decorativos y simbólicos tanto del Altiplano Central como del área maya, además de influencias de El Tajín y de la región de Oaxaca.

El buen estado de conservación en el que se encuentran se debe por una parte, a la excelencia en técnica pictórica y por otra, al hecho de haber sido protegidas intencionalmente, con una capa de lodo antes de ser enterradas.

Este hecho, aunado al muy particular patrón de expresión artística donde la figura humana es el centro de la composición, los personajes representados tienen proporciones reales.

Todos los glifos y signos giran en torno a ellos para darles nombre y significado, están señalando una muy particular escuela artística, refiere en sus estudios.

Otra de las proyecciones que presenta el Museo de Sitio de Cacaxtla gira en torno a la arquitectura, en la que se pone énfasis sobre el Gran Basamento, el máximo ejemplo del sistema de edificación.

Fue usado por sus antiguos habitantes, quienes levantaron, una sobre otra, una nueva etapa constructiva sobre el montículo de 110 metros de ancho por 25 de altura, orientado en dirección norte-sur.

El espacio museístico ahora estará dividido en el Periodo Formativo, que abarca las primeras ocupaciones de Cacaxtla en los primeros siglos de nuestra era.

Muestra técnicas de pintura; dioses y hombres; y Epiclásico, referente al lapso de auge de la ciudad que abarcó entre 650 y 950 d. C.

Entre los objetos arqueológicos que los visitantes podrán admirar destacan bruñidores, elementos arquitectónicos, estatuas de las deidades de Tláloc, Xipe y Tlazoltéotl.

Cerámica, cistas, los mencionados Señores de Cacaxtla, figuras antropomorfas, huesos, ornamentos y un par de urnas con personajes modelados, una de ellas recuperada en 2008 por la arqueóloga Beatriz Palavicini q.e.p.d.

También, se exhiben reproducciones de mapas y códices coloniales como el de Cuauhtinchan, Xochitécatl, Durán, Vaticano Ríos, Huamantla y Telleriano-Remensis.

En ellos se asentaron descripciones del Valle Puebla-Tlaxcala, en el estadlo de desarrollo y población en que se hallaban durante el siglo XVI.

Los especialistas que participaron en la reestructuración del Museo de Sitio de Cacaxtla proceden de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH, del propio sitio arqueológico y del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

Un sitio del Epiclásico

Cacaxtla vivió su esplendor entre 650 y 950 d. C., en el periodo Epiclásico. Tras el abandono de Teotihuacan, la población de los valles centrales emigró y se reacomodó en nuevos centros de población, como Cacaxtla y Xochicalco.

El clima político de la época con frecuencia producía enfrentamientos armados, ejemplos de esto se tienen en Cacaxtla, donde una enorme pintura mural muestra el enfrentamiento entre dos pueblos.

Este centro político mantuvo relaciones comerciales e intercambio influencias con la costa del Golfo, el área maya, Oaxaca y otras.

La forma como estaba organizado el gobierno y la población en Cacaxtla era compleja; la mayoría de la población se dedicaba a la agricultura y a la manufactura de instrumentos

Aunque también existía otro grupo, pequeño, dedicado a dirigir las actividades de gobierno y religión.

Cacaxtla dejó de existir cuando sus últimos pobladores, los olmecas-xicalancas, fueron derrotados en Cholula por un pueblo que había salido de Tula, los toltecas.

Que a su vez trajeron como aliados a los chichimecas, quienes poco después fundarían la Tlaxcala prehispánica. Todo esto y mucho más se puede apreciar en este redescubrimiento del museo de sitio de la zona arqueológica.

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