• Apizaco
  • Pedro Morales
Nada conmueve a los empresarios, ni las presiones de organizaciones, ni protestas.

Apizaco, Tlax.- La empresa Ferrosur se niega rotundamente a quitar sus barreras que ha colocado en la entrada y salida de la estación de este municipio, bajo el pretexto de que es una medida para evitar robos.

Al respecto el administrador del albergue de inmigrantes “La Sagrada Familia”, Ramiro Tónix, indicó que la empresa ha puesto una barrera de incomunicación y no hace caso de los llamados.

Indicaron que en lo que va del año, ya son más de una docena de lesionados, incluso con pérdida de miembros, pero esta situación no conmueve a los administradores.

Esta situación causa preocupación, porque es un atentado contra la integridad de los centroamericanos que solamente buscan trasladarse ala frontera con los Estados Unidos.

El pequeño grupo de guatemaltecos y salvadoreños que llegó el pasado lunes sobre el lomo de “La Bestia”, una vez que pagaron su cuota a la tripulación de Ferrosur y lograron detener el tren, decidieron rodear la vigilancia por la colonia Santa Rosa.

Entre callecitas retorcidas, la gente los miraba con indiferencia, acostumbrada al paso diario de ilegales centroamericanos, no fueron molestados durante su corto recorrido.

 Así llegaron hasta el puente de la carretera a Tlaxco, subieron por el lado de la colonia “Hogares Ferrocarrileros”, ya arriba del puente por un lado aparecen los viejos talleres del ferrocarril y sus vías, en esta ocasión sin vigilantes.

Del otro lado, sale una vía hacia adelante, con rumbo a la ciudad de México, la misma que los puede llevar hasta la anhelada frontera, ni más, ni menos que rumbo al Sueño Americano, motivo de sus ilusiones.

Al voltear la mirada se quedaron sin aliento, cientos de postes blancos les dieron la bienvenida, desafiantes los durmientes de concreto y acero forman otra barrera, del otro lado de la estación.

Se trata de otra larga hilera, de más de un kilómetro, donde se colocaron alrededor de un millar de durmientes, tal pareciera que se trata de un diabólico experimento, para ver cuántas muertes hay al mes.

Esto no curre en ninguna otra parte del país.

Los guatemaltecos Eugenio Milton Gómez, Johnny Figueroa y Kelvin Bocanegra Ramírez de El Salvador y un menor no daban crédito a lo que miraban sus ojos, otra barrera infranqueable para abordar a “La Bestia”, miraban como se les escapaba.

Se fue rápido, no pudieron abordar de nueva cuenta, la barrera y la velocidad del tren los dejó sin oportunidad.

La razón es que de entrada a la estación, se debe remontar una pendiente, que baja la velocidad de “La Bestia”, pero del otro lado de la estación, la situación es diferente, el tren sale a mucha velocidad y encarrerado, es imposible subirse.

Desalentados, luego de la sorpresa, este pequeño grupo no sabía que hacer, se sentaron en las vías, veían como escapaban sus sueños, tendrán tal vez que recurrir nuevamente al soborno de la tripulación del tren.

La meta es llegar a Lechería en el Estado de México, saben por los que van adelante que solamente en Apizaco están estas barreras asesinas que forman los durmientes de ferrocarril.

Este grupo de ciudadanos centroamericanos se quedó ahí, en espera de otra oportunidad.

Tal vez tengan que arriesgarse a entrar a la estación, esperar algún tren de carga por la noche y subirse, para que no los vean.

Luego de esta amarga experiencia, el más grande de ellos, Eugenio Milton pidió que se diga que en Apizaco se atenta contra la humanidad, no solamente en contra de los derechos humanos.

“Que el mundo sepa y se entere que esta vaina es criminal,  esta acción no es de gente civilizada, esta pensada para que nos matemos, para que nos lastimemos, ojala y que lo sepan los gobiernos, clamó.

Ellos no saben que desde hace medio año organizaciones civiles dedicadas a la defensa de los derechos humanos de migrantes, principalmente de Puebla, alertaron sobre este inminente genocidio.

Esto, luego de que la compañía de trenes de carga Ferrosur, que opera a lo largo del territorio mexicano, colocó barreras en ambos lados de las vías del tren cerca de la estación ferroviaria de Apizaco, Tlaxcala, y junto al albergue para migrantes “La Sagrada Familia”.

La organización civil Un Mundo Una Nación AC, con sede en Apizaco, y el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría (Idhie) de la Universidad Iberoamericana, Puebla, publicaron un pronunciamiento conjunto donde manifiestan su preocupación por la decisión de Ferrosur.

Denunciaron que las vallas obstaculizan el ascenso y descenso de los trenes aumentando el riesgo de los centroamericanos indocumentados que se transportan en el techo del ferrocarril conocido como “La Bestia”.

“Consideramos que la colocación de dichas barreras, antes de frenar el flujo migratorio proveniente de Centroamérica que responde a variedad de factores, sólo ocasionará un aumento considerable en el número de accidentes que sufren los migrantes.

 Incluso, puede traer desenlaces fatales”, refiere el escrito, el cual lleva la firma de óscar Arturo Castro Soto, director del Idhie y Carolina González Cuevas, de Un Mundo Una Nación AC.

Señalan que “las medidas implementadas por la empresa Ferrosur y admitidas por las autoridades gubernamentales violan el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona, el derecho de igualdad ante la ley y a la no discriminación, el derecho al libre tránsito, establecidos en los artículos 3, 7 y 13 de la Declaración Universal de los Derechos (París, 10 diciembre de 1948).

También en los artículos 3, 5 y 22 de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos (Pacto de San José, 22 noviembre de 1969) y ratificada por el Estado Mexicano”.

Destacaron que la ciudad de Apizaco es un punto importante en el trayecto de los centroamericanos que cruzan México buscando llegar a Estados Unidos, ya que ahí muchos se suben al tren o descansan en el albergue.

Las organizaciones solicitan que Ferrosur retire las barreras en las inmediaciones del albergue, para que los migrantes que transitan por la región puedan ascender y descender de los trenes, sin que su vida e integridad peligren.

Además solicitan que las autoridades municipales y estatales, así como el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Policía Federal, establezcan una mesa de diálogo para que se implementen medidas que reduzcan el riesgo y protejan la vida e integridad de los migrantes.

Esto ocurre tras una serie de acusaciones de presuntos robos a la empresa ferroviaria, ya que tanto en Puebla, como en Tlaxcala, esta situación se ha incrementado en algunos municipios.

A esto se suman las detenciones que han realizado policías de Apizaco, quienes acusaron a migrantes hondureños de ser los autores de uno de los robos al tren cuando presuntamente sacaban alimento de uno de los contenedores.

Las autoridades de seguridad tanto del Estado como del municipio han informado que en los últimos meses localizaron bultos de grano abandonados a la orilla del tren, donde se presume la operación de bandas que hurtan la mercancía de la empresa ferroviaria.

Ante esta situación, Umun estableció un primer contacto con diversas instituciones y autoridades, para expresar su preocupación, debido a los posibles riesgos y accidentes que pudieran enfrentar mujeres y hombres migrantes de origen centroamericano que utilizan el tren de carga como su principal medio de transporte por México.

La institución envió oficios mediante los que solicitaba que se reconsiderara la colocación de dichas barreras.

Estos se entregaron con fecha de 12 de julio de 2012, y se dirigieron a las siguientes dependencias:

· Instituto Nacional de Migración Delegación Regional Tlaxcala

· Comisaría Regional de la Policía Federal Preventiva

· Gobierno Estatal del Estado de Tlaxcala (Secretaría de Gobernación)

· Gobierno Municipal de Apizaco, Tlaxcala

· Empresa Ferroviaria Ferrosur (oficinas de Apizaco, Tlaxcala)

Por su parte la Diócesis de Tlaxcala informó que “de acuerdo a nuestras indagaciones, hasta la fecha actual ya se han presentado varios accidentes ocasionados por dichas barreras”.

Las primeras víctimas son cinco personas de origen hondureño de entre 19 y 31 años, una persona de origen salvadoreño de 18 años y un menor de origen guatemalteco de 17 años.

Una de las víctimas, un joven de origen hondureño de 19 años, vio amputadas dos de sus extremidades (superior e inferior) debido al accidente, éste ha sido el percance cuyas consecuencias son de mayor gravedad.

Asimismo, hemos registrado testimonios de los migrantes que son atendidos en el albergue “La Sagrada Familia”, que refieren la dificultad para subir y bajar del tren ocasionada por las barreras.

Somos testigos cotidianos del riesgo que éstas ocasionan a la integridad física de niños, mujeres y hombres que utilizan este medio para desplazarse por la República Mexicana”, destacó el comunicado.

Ante lo anterior, la Dimensión Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Tlaxcala, Un Mundo Una Nación A.C. y el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría S.J. de la Universidad Iberoamericana Puebla, estaremos haciendo una nueva solicitud de audiencia a la empresa privada Ferrosur.

A la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y a las demás autoridades para que en el ámbito de su competencia retiren las barreras, por lo menos en los 300 metros inmediatos a las instalaciones del albergue “La Sagrada Familia”.

Lo anterior con el fin de evitar futuros accidentes y/o pérdidas humanas y que de inmediato establezcan medidas de coordinación efectiva, para la protección y seguridad de los migrantes.

Y de ser el caso, entablar una mesa de diálogo para que sean escuchadas nuestras preocupaciones y se tomen en cuenta las propuestas ciudadanas respecto de dicha situación.

Pero el silencio de Ferrosur y la indiferencia de los gobiernos estatal municipal y federal han sido la respuesta, ante una clara violación de los derechos humanos que diariamente ocurre en Tlaxcala.

 

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