• Tlaxcala
  • Pedro Morales
A seis años de su muerte cobra vigencia su herencia pictórica.

Tlaxcala, Tlax.- Ya han transcurrido seis años de la partida física del maestro Desiderio Hernández Xochitiotzin, su herencia plasmada en los murales del palacio de gobierno mantienen viva la tlaxcaltequidad.

Un icono histórico en el estado de Tlaxcala son los murales de Palacio de Gobierno, obra del llamado último de los muralistas mexicanos Desiderio Hernández Xochitiotzin, quien aún en vida logró celebrar los 50 años de la obra más importante de su vida.

Hablar de la obra del pintor Desiderio Hernández Xochitiotzin es internarse en un largo recorrido, pues son siete décadas desde que este singular artista tlaxcalteca empezó a plasmar en dibujos, grabados y pinturas una visión rica en colorido y contenido.

En su pueblo natal, el barrio de Tlacatecpac de San Bernardino Contla, rodeado de un ambiente propicio en la casa paterna, Xochitiotzin muestra sus primeras dotes para las artes plásticas a la corta de edad de trece años.

Su formación comienza en el taller artesanal de la familia y se confirma y enriquece en la Academia de Bellas Artes de Puebla, para culminar con su madurez artística en una larga y fructífera producción.

Los temas que ha tratado el maestro Xochitiotzin a todo lo largo de su trayectoria siguen siendo recurrentes, como son la historia, el paisaje, las fiestas y los carnavales, las costumbres y la vida cotidiana del pueblo, sin dejar de abordar el tema religioso.

Estos temas se encuentran plasmados en un realismo figurativo, que el artista supo asimilar de la escuela mexicana de pintura.

Sus obras no solamente muestran un amplio conocimiento de las técnicas básicas; en la rigurosidad de sus trazos, en el dominio de su pincelada y en el manejo virtuoso de la luminosidad al aplicar el color.

En vida nos comentó que estudió la obra de artistas como José Guadalupe Posada o Agustín Arrieta, pasando por Francisco Goitia y deteniéndose intensamente en la obra de los grandes muralistas mexicanos, particularmente en la de Diego Rivera.

Las investigaciones, fueron una característica del trabajo de este gran pintor que apegado a la estricta verdad dejó su legado.

Ejemplo de ello fue disciplinado y estudio las raíces se su pueblo, que lo ha heizo un docto conocedor de la historia y la cultura de su estado natal, lo cual le llevó a ser un destacado catedrático y conferencista.

Toda esta preparación es la piedra angular que le sirvió de apoyo para la realización de una de sus obras monumentales más conocidas, el mural “La historia de Tlaxcala y su contribución a lo mexicano”.

Abarca una superficie de más de 500 metros cuadrados de los muros del hermoso Palacio de Gobierno.

Aquí el artista logra que sus trazos y coloridos sean vitales y cálidos conductores de una fuerza que atrapa la atención de cualquier espectador.

Con su vigoroso realismo y sorprendente colorido despierta en el público una doble emoción: la reflexión, que surge a través de su tema histórico y humano, y el asombro, por su manera muy particular de manejar el color.

La realización de estos magníficos murales, trabajados al fresco acuarelados al estilo florentino, se proyectaron por vez primera en enero de 1953 en casa del poeta y dramaturgo Miguel N. Lira.

Pero será hasta 1957 cuando se inician los murales, los cuales constituyen el "programa plástico más ambicioso de Xochitiotzin".

La primera etapa del proyecto duró diez años, durante los cuales el autor investigó, diseñó, llevó a cabo bocetos, preparó muros y concluyó los primeros 285 metros cuadrados de mural, correspondientes a la planta baja del Palacio de Gobierno.

Posteriormente, de 1967 a 1968, el maestro Xochitiotzin elabora el mural “La Conquista”.

En las siguientes dos décadas, a partir de 1987, inicia los murales “El siglo de oro tlaxcalteca”, localizados en la escalera monumental.

En el muro sur de la escalera, se comienza a plasmar en 1990 el “Mural del siglo de las luces al porfirismo de Tlaxcala y México”.

Los murales El Siglo de Oro Tlaxcalteca son una de las obras más bellas del arte plástico mexicano del siglo XX, están a la vista de la población en el Palacio de Gobierno de Tlaxcala tras un minucioso proceso de restauración.

Consta de poco más de 500 metros cuadrados de pintura mural. Su tema es la historia de Tlaxcala contada en 24 segmentos pintados, correspondientes a periodos históricos distintos.

Cabe destacar que en vida reveló que entre los personajes hay gente de Tlaxcala, ahí están Beatriz Paredes, Tulio Hernández, sus hijos, nietos, su amada esposa aparece en varias escenas y hasta inmortalizó a su albañil,

Los cinco primeros cuadros murales relatan la llegada del hombre a América y su arribo al Valle de México; el 6 y el 7 describen la llegada de los nahuas a éste valle y su encuentro con el águila legendaria.

El mural 8 reseña la fundación de los cuatro señoríos y el 9 las fiestas del dios Camaxtli, deidad máxima de los antiguos tlaxcaltecas.

Los segmentos 10 y 11 describen la reconquista de Texcoco por el rey Nezahualcóyotl; el 12 y el 13 las guerras floridas y la enemistad del reino de Tlaxcala con los mexicas.

El 14 y 15 la Batalla de Atlixco y el incendio de Huejotzinco; el 16 el sacrificio del guerrero tlaxcalteca-otomí Tlahuicole; el 17 las fiestas de la diosa Xochiquetzal; y el 18 la historia mitológica del descubrimiento del maíz.

El cuadro 20 describe el uso del maguey como árbol de las maravillas; el 20 el antiguo mercado de Ocotelulco; el 21 la profecía del regreso de Quetzalcóatl.

El 22 la Conquista de Tenochtitlán y la alianza hispano-tlaxcalteca; el 23 el Siglo de Oro de Tlaxcala; y el 24 los siglos XVIII y XIX en la historia de Tlaxcala y México.

Los murales del Palacio de Gobierno de Tlaxcala, son considerados como la última gran obra del movimiento muralista promovido inicialmente en los años 20 del siglo pasado por Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.

Faltó por concluir una parte de la escalera, en ella Desiderio Hernández planteaba un reconocimiento a los reyes de España, recuerda las tres carabelas y dejó listo el boceto, sin embargo partió de este mundo sin poder concluir su magna obra.

Desiderio Hernández Xochitiotzin (1922 - 2007) fue una figura relevante del muralismo mexicano, de origen tlaxcalteca, que interpretó la historia de su pueblo plasmándola en las paredes del Palacio de Gobierno.

Además fue dibujante, pintor, grabador, escritor, arquitecto, cronista, catedrático, investigador y restaurador.

Sus obras fueron expuestas en el museo del Vaticano y la Universidad de Harvard entre otras y tuvieron el reconocimiento de la Universidad de la Sorbona; Francia, y de la Universidad de Estocolmo; Suecia.

Fue realmente un artista incomprendido por los políticos tlaxcaltecas, entrevistado en muchas ocasiones dejó vivencias y una experiencia imborrable, con emoción mostraba los cambios de estaciones que pintaban de tonos mágicos a la Malintzi.

Nunca se quejó por recibir una paga austera de los gobernantes, quienes nunca apreciaron su arte, le pagaban por metro cuadrado, como si se trata de una obra pintada con brocha gorda que nada tenía que ver con la herencia que nos dejó.

“Mira, la gente ve pasar a Desiderio con su chamarra de mezclilla y su sombrero, su rápido caminar por los portales saludando era una imagen cotidiana, pero vas a ver que cuando me muera entonces si van a saber valorar mi obra, es cuestión humana”, comentaba.

Gustaba de pararse justo en medio de la puerta principal del palacio, “mira, allá arriba, en el centro hay una cesta con hermosas mazorcas, significa un mensaje para las futuras generaciones, para que elijan a los mejores hombres y renazcan los señoríos”.

Desiderio Hernández fue un pintor de sentimientos, siempre se negó a pintar para ganar dinero, tenía prisa por concluir su obra, no le importaba dejar la vida en sus andamios, aunque fuera de noche.

Pos eso a seis años de su partida, los tlaxcaltecas, los visitantes nacionales o extranjeros podemos llenar la vista y el espíritu al remontar la imaginación y constatar que el pasado de Tlaxcala fue glorioso, como él llorado maestro quería que lo viéramos.

 La vida se va llenando según uno toma de ella lo mejor y afronta lo peor, ellos (Desiderio y Lilia) silentemente nos han enseñado a tomar la vida con esa intensidad que pocos ahora se atreven a proponer; desde su juventud hasta esta etapa de la cosecha en su edad longeva, Lilia "La Negra" nos ha dado ejemplo de aceptar que su "Desi" tuvo que marcharse, aceptó y nos dijo con su silencio orante cómo nosotros sus hijos debemos recibir la muerte como una nueva etapa de nuestras vidas. ¡Muy cierto! ha sido la "compañera de toda la vida... ahora lloramos pero también nos ha dado ejemplo de la felicidad con la que debemos recibir los tiempos difíciles... gracias por todo esto...

Motenehuatzin H. Xochitiotzin Ortega

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