• Tlaxcala
  • Pedro Morales
De nada ha valido denunciar ante la ONU este atentado contra migrantes.

Apizaco, Tlax.- “No está en manos de los gobiernos estatal o municipal obligar a la empresa Ferrosur a que retire los durmientes de acero y concreto que ha colocado en Apizaco, para impedir el acceso al ferrocarril, en especial al llamado tren de “La Bestia”.

Al comentar lo anterior, Humberto Sánchez Hernández, director de la oficina de Atención a Migrantes del Estado, hizo notar que el caso se ha denunciado varias veces ante el Instituto Nacional de Migración, en Relaciones Exteriores, el Instituto de los Mexicanos y en la misma Organización de las Naciones Unidas.

Esta es una situación federal, que ya ha trascendido no está en manos del estado de Tlaxcala dar solución, esa situación es federal, humanitariamente se ha hecho la solicitud, “incluso en las reuniones que hemos asistido, ya lo hemos acordado, que se retiren de inmediato en un acto humanitario”.

Se tienen reportes de que al menos una docena de centroamericanos han resultado seriamente lesionados a consecuencia de la colocación de las vallas.

Aunque es incuantificable la cifra de accidentes y golpes en el cuerpo de indocumentados que a diario suben y bajan del tren cuando “La Bestia” hace parada en la estación.

Los centroamericanos consideran que la colocación de los postes a un costado de la vía del tren, es un peligro para ellos.

Algunos han acudido a quejarse de esta situación a la visitaduría en Apizaco de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tlaxcala, ubicada a un lado de la estación, cuyos trabajadores se comprometieron a realizar las gestiones para quitar los postes.

No han prosperado las solicitudes de la sociedad para retirar las barreras de concreto colocadas a lo largo de un kilómetro, poco antes de la estación del tren de la colonia Ferrocarrilera de Apizaco.

No obstante que ponen en peligro la vida de los migrantes, además de que consideran que violan sus derechos humanos, han sido ignoradas por la empresa Ferrosur, y tampoco se ha tenido respuesta de las autoridades federales y estatales a la exigencia.

Por el contrario, Ferrosur ha continuado colocando las barreras en las cercanías de la estación del tren, bajo el pretexto de que de esta forma se impide el robo hormiga de las góndolas.

Como se recordará fue a principios de junio de 2012, cuando la empresa Ferrosur instaló aproximadamente un kilómetro de barreras de concreto, antes de la estación del tren en la colonia Ferrocarrilera de la ciudad de Apizaco.

Los representantes de la sociedad enfatizan que la presencia de las barreras dificulta a los migrantes el ascenso y descenso al tren, porque representan un riesgo para la seguridad de quienes transitan por la entidad en su intento de llegar a Estados Unidos.

 El Movimiento Migrante Mesoamericano “No Nos Vamos”, emprendió acciones en contra de la colocación de vallas a un costado de las vías del tren en Apizaco, ya que ha incrementado el número de accidentes de indocumentados.

Centroamericanos que van de paso, denunciaron que los vigilantes de las empresas de seguridad privada contratadas por Ferrocarriles del Sur (Ferrosur) los agreden y les cobran cuotas por dejarlos subir a los vagones.

Apizaco está entre los cinco puntos más importantes en el trazo que tienen los migrantes rumbo al norte del país, y en los meses recientes varios de ellos se empiezan a quedar en este municipio y, por los términos de la nueva ley que regula la migración, la autoridad tiene que ofrecer servicios y aplicar acciones de carácter humano, salud y educación, menciona.

En todo el estado de Tlaxcala, Apizaco es el único punto donde hace parada el tren, y lo que hacen los migrantes es que no se bajan cuando aún está en marcha; es mejor que esperen a que haga alto total para que no corran ningún riesgo.

Cabe destacar que el flujo de centroamericanos ha bajado notoriamente en Apizaco, a causa de las barreras y de los asaltos, violaciones y secuestros que se daban a partir de Tierra Blanca en el estado de Veracruz.

La presencia de los maras y del crimen organizado los ha obligado a cambiar de ruta, ahora se van por Puebla vía carretera, tardan más tiempo pero pasan desapercibidos, se van pueblenado y de esta forma eluden el peligro.

En tanto ya se ha corrido la voz de que lamentablemente en Tlaxcala y concretamente en Apizaco se atenta contra los derechos humanos y la integridad de los hermanos centroamericanos.

 Hay cerrazón de las autoridades y sobre todo de la empresa, sin embargo la necesidad de alcanzar el sueño americano agudiza los sentidos de quienes se aventuran a esta peligrosa travesía que en Tlaxcala tiene una trampa mortal.

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