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Por altos niveles de contaminación del Río Atoyac, concluye Greenpeace en un estudio reciente

Habitantes de asentamientos cercanos al cauce del Río Atoyac en la comunidad de Villalta, municipio de Tepetitla, principalmente, corren el riesgo de padecer cáncer u otras alteraciones de tipo inmunológico, endócrino y hasta reproductivo, debido a los altos niveles de contaminación de la corriente “ocho veces superior al límite que la propia Conagua clasifica como aceptable”.

Las enormes descargas residuales de las empresas asentadas en el corredor industrial ubicado en esa zona de las ramas petroquímicas, químicas, metalmecánicas, pero sobre todo de mezclilleras, expone a los habitantes a sufrir cáncer, concluye la organización ambientalista internacional Greenpeace, en un reporte reciente.

De acuerdo con el análisis “Ríos Tóxicos: Lerma y Atoyac, la historia de la negligencia continua”, la grave contaminación del cauce del Atoyac también provoca afectaciones al ambiente aéreo.

El problema está calificado como “un grave desastre ambiental y social”, dado que “la zona había perdido el oxígeno suficiente para la vida de peces y otras especies acuáticas. Entre los compuestos químicos que se encontraron hay metales pesados extremadamente tóxicos como mercurio o plomo -uno de los neurotóxicos del desarrollo más potentes-; solventes como benceno o cloroformo; compuestos como el cloruro de vinilo y disruptores hormonales como el DEHP (Bis-2-(Etilhexil) ftalato)”.

Esto significa que la mayor parte del río Atoyac es altamente tóxico y representa un peligro severo para los 1.2 millones de personas expuestas en las proximidades del río entre Tlaxcala y Puebla. Además de la intoxicación causada por el uso de agua para el riego de cultivos en la zona, este río suministra agua potable para la región lo que aumenta el riesgo de afectaciones a la salud.

El organismo internacional tiene reportes de elevados niveles de leucemia o daño renal en las zonas fuertemente contaminadas como Villalta, municipio de Tepetitla, así como San Baltazar y Santa María, en San Martín Texmelucan; habitantes de la zona sufren de un nivel elevado de daño genotóxico y con ello el riesgo de padecer cáncer.

Al menos un centenar de talleres de mezclilla y otras empresas instaladas en Villalta fueron evaluadas por el Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua (IMTA), pero más del 70 por ciento de ellas no cumplieron con lo establecido en la norma NOM-001 sobre los parámetros básicos como son metales pesados, por lo que presentaron altos niveles de toxicidad en sus descargas y no las sometieron a un proceso de limpieza,  por lo cual intoxican el río, indica el estudio.

Según Greenpeace, “las autoridades gastan millones de pesos en los programas de saneamiento mientras las industrias, por falta de control, siguen descargando contaminantes al río”.

Reconociendo el desastre ambiental en la zona, en 2009, la Cámara de Diputados exhortó a Semarnat y a Conagua16 a sanear la cuenca del Atoyac y añadir criterios a la NOM-001. La Profepa fue exhortada a llevar a cabo auditorías a las empresas de la zona.

En 2011 Semarnat publicó una “declaración de clasificación de los ríos Atoyac y Xochiaco Hueyapan, y sus afluentes”17 el cual define metas de calidad en tres etapas cuya fecha de conclusión es el 2030, añade el amplio reporte.

 

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