• Tlaxcala
  • Pedro Morales
La madree de todas las fiestas, propicia liberación de tensiones

Con un desfile de 265 camadas, la participación de alrededor de 70 mil asistentes en el desfile de inauguración del Carnaval de Tlaxcala 2014, a realizarse el próximo 27 de febrero en la ciudad capital.

Se tiene calculado que asistan más de 500 mil visitantes durante los seis días que se desarrollará esta festividad que concluirá el 4 de marzo próximo, y que se celebra en los 60 municipios y en las comunidades del estado.

En esta ocasión la meta es alcanzar los requisitos para que lograr que la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), declare al Carnaval de Tlaxcala como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Parecen instantes, ayer los reyes, la tamaliza de la Candelaria y ya estamos en pleno carnaval, con su carga emotiva de cultura, tradiciones y relajo en el que muchos hombres se visten de mujeres, seres fantásticos cobran vida y Tlaxcala se convierte en una fiesta.

Además, esta temporada de cuaresma nos lleva por el rescate de nuestra cocina tradicional, con platillos muy tlaxcaltecas de temporada.

Como no se come carne, el pescado está por las nubes resurge el ingenio de las abuelas al cocinar esas ricas tortitas de papa, de arroz, de haba con sus romeritos.

El pescado seco, el mole negro de polvo de huitlacoche allá por Xaltocan, los frijoles negros con pescado en Contla, los chiles rellenos y el ingenio de nuestras madres de familia se agudiza.

Esto para distraer un poco la mente del costo de la carne de res y cerdo, que oscila en los cien pesos, de ahí que hasta el carnaval nos sirve para ahorrar unos pesos.

Ya se nota la alegría y pujanza de las nuevas generaciones, que desde chiquitos le agarran gusto al baile del carnaval, la música y la convivencia entre los integrantes de las cuadrillas es evidente.

Lo que parece fácil, no lo es tanto, la presentación de todas y cada una de las cuadrillas tiene su grado de dificultad, para la organización y los ensayos, ya que nada es improvisado.
Las danzas y contradanzas son repasadas una y otra vez, hasta dominar el baile, que además de ritmo y sabor, lleva a la creatividad y gracia de las parejas, algunas dignas de presentarse en cualquier escenario del mundo.

Para el visitante, es más cómodo acudir al centro de Tlaxcala o de cualquiera de los municipios, para observar a las camadas, algunas de ellas muy grandes, como las del sur de Tlaxcala.

Pero hay la posibilidad de organizar rutas, que pueden llevar en lo que resta del carnaval a tener más conocimiento y poder apreciar los distintos estilos y espectacular vestuario de los integrantes de las camadas.

Se podría iniciar en la zona de Panotla, donde existe la llamada “Madre de todas las camadas”, la de “Nuestra Señora de las Nieves”, que es sin duda una de las más auténticas de Tlaxcala.

La vestimenta, es muy elaborada, donde destaca el color blanco, en las mujeres significa un honor pertenecer a esta cuadrilla, por la autenticidad de su vestimenta y sus danzas.

Destaca la danza de la garrocha, que consiste en cruzar listones alrededor de una vara, para luego destejer en lo que se convierte una danza espectacular.

Mención aparate merece la interpretación de “La Jota”, con su ritmo cadencioso tiene su culminación en que se baila por una pareja, la mujer poco a poco dobla su espalda hacia atrás, hasta lo más que pueda y deja una estampa de agilidad y belleza inigualables.

No hay espacio para enumerar todos y cada uno de los grupos, pero en Zacatelco se pueden admirar a los chivarrudos, huehues que danzan sobre un caballito de madera, con sus polainas de piel de chivo y hasta el olor es muy penetrante, como lo son sus frases y dichos.

De ahí hay que llegar a Papalotla, es impresionante admirar a los charros, que con sus sombreros llenos de plumas de avestruz, sus capas coloridas y su látigo que estrellan en el oponente, merecen ser llevados al celuloide para mostrarse por el mundo.

Una visita ineludible significa asistir al carnaval de Chiautempan y de Contla, por esos rumbos hay camadas muy tradicionales con sus huehues muy elegantes, ataviados con sus trajes de levita, paraguas y sombreros altos.

Es un carnaval alegre, diferente y muy participativo, ya que en todos y cada uno de los barrios se esmeran por agradar a la gente, luego participan en el concurso estatal, pero lo bueno es el concurso de camadas local, ahí es donde se desbordan las emociones.

No faltan las camadas de “las locas”, son muy buenos sus integrantes, pues el relajo de vestirse de mujeres, es solo una parte ya que los integrantes de las camadas realizan su mejor esfuerzo.

En todos los casos, en los municipios en el carnaval participan y se amalgaman los estratos sociales, de ahí que campesinos, obreros y hasta profesionistas, cada año se incluyen en las camadas, por gusto y tradición.

Depende el tiempo con  que se cuente, pero también vale la pena visitar el carnaval del oriente del estado, sobre todo en Toluca de Guadalupe, donde la danza de los negritos con sus cuchillos y grado de dificultad, han llamado la atención más allá de nuestras fronteras.

Val la pena rematar este viaje de carnaval por Tlaxcala en tierras de Yauhquemehcan, hay que preparar cámaras y celulares, se trata de la región en donde danzas las camadas más espectaculares.

Los penachos que han sido ideados en esta región, son únicos en el mundo, vale la pena admirarlos, por sus dimensiones, ingenio y elegancia, en fin que esta es una sugerencia.

El visitante tiene la garantía de que por donde se pare, sin duda va a toparse con una camada, o

Tags: