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Exdiputado local del PAC, representa a vendedores informales

Como “una perversidad” y un ejercicio de “autoritarismo”, calificó el exdiputado local y líder de comerciantes, Bernardino Palacios Montiel, el operativo para impedir la instalación de vendedores ambulantes que llevó a cabo desde la madrugada el Ayuntamiento de Chiautempan.

Al frente de una cincuentena de comerciantes informales que se reunieron a un par de cuadras de la Presidencia Municipal, el también representante de la Unión de Consumidores de Servicios Públicos y Organizaciones de Comerciantes en el Estado de Tlaxcala (Ucspacet), consideró un abuso el que por sorpresa se haya evitado la instalación de comerciantes y afectar con ello su actividad económica.

Y es que en entrevista, aseguró que una noche anterior se había acordado mediante un acta con el presidente municipal, Antonio Mendoza, y el representante de otros grupo de vendedores, que cualquier situación relacionada con la reubicación y reordenamiento de esa vendimia sería consensuado antes de cualquier operativo, pero eso no fue así.

Molesto, el exlegislador y dirigente del local Partido Alianza Ciudadana (PAC), remarcó que el comercio ambulante no se reubicará al “Mercado Nuevo” hasta que no exista un decreto definitivo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de que el inmueble pertenece al municipio de Chiautempan, y que los servicios básicos sean brindados por la comuna.

Acompañado por unos 50 comerciantes ambulantes, Palacios Montiel mostró copias del documento que presentaron los ahora afectados a la Presidencia Municipal en torno al reordenamiento, de ahí que responsabilizó al Ayuntamiento sarapero sobre cualquier agresión derivada del desalojo sin antes agotar el diálogo o las alternativas de solución.

El operativo para evitar la instalación de los ambulantes fue un acuerdo del Cabildo, pero al parecer sin la afirmativa de la síndico, Belén Vega Ahuactzi.

Después de las 10 de la mañana, los comerciantes de la calle se reunieron para hacer sentir su molestia luego de que horas antes fueran impedidos para instalarse y desarrollar su actividad diaria, lo que representó un severo golpe a sus bolsillos.

A la par, patrullas con elementos de seguridad a bordo realizaron recorridos cerca de la manifestación, lo que fue interpretado por los vendedores como un acto de intimidación, de ahí que por varias ocasiones se escucharon rechiflas en contra de los agentes del orden.

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