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  • Gerardo Santillán
Se extienden cada vez más para trabajar de manera lícita.

Poco a poco comerciantes semifijos se apoderan de más espacios de la vía pública frente al Hospital General del ISSSTE de la capital del estado, ubicado sobre el bulevar Ocotlán, lo que obstaculiza no solo el paso de automóviles sino incluso de derechohabientes que acuden a revisión médica o a hacer algún trámite.

De plano, los vendedores de alimentos y bebidas principalmente, utilizan diferentes objetos para abarcar más espacios y colocar sus manteados o sombrillas, así como sus sillas, con lo que reducen lugares de aparcamiento vehicular o de circulación peatonal.

Sin que autoridades municipales o directivos de la institución de asistencia pública hagan algo, los mercantes cada vez más se sitúan a sus anchas a las afueras del nosocomio y se molestan si alguna unidad entorpece la visibilidad de sus negocios.

La reducción de espacios de estacionamiento podría impedir la atención de alguna emergencia o algún incidente porque el intenso tránsito automovilístico que a todas horas pasa por el bulevar Ocotlán, hace que el arroyo vehicular se adelgace y el cruce de las personas sea riesgoso.

Entre los comerciantes se encuentra los de tortas con tamal, jugos, frutas, postres, tacos, entre otros, quienes se ganan la vida de manera lícita pero que poco a poco se aparta de alguna regulación municipal o institucional.

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