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  • Emilio Piedras S.M.
En la inauguración de la feria el gobernador perdió los estribos y dijo que “nadie los obligo a venir” en referencia a los ahí presentes.

El fin de semana el gobernador del estado, Mariano González Zarur nuevamente fue abucheado por quienes estaban presentes en la inauguración de la feria de Tlaxcala, luego de tratar de defender los silbidos que le otorgaron a Enrique González Tiburcio, Subsecretario de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, representante del presidente Enrique Peña Nieto, mientras que en otro lado en la capital del estado, la senadora Lorena Cuéllar era vitoreada por perredistas.

Después de la rechifla al funcionario federal, Mariano González Zarur tomó el micrófono, y llamó a los asistentes a pregonar con el lema que caracteriza al estado de Tlaxcala, de ser anfitrión por tradición, además que estaban por su propia voluntad, en respuesta el gobernador volvió a escuchar más rechiflas, y ahora fueron también en contra de su persona, lo que provocó la molestia del gobernador, quien visiblemente molesto pidió a los asistentes ponerse de pie para inaugurar la feria rápidamente.

El gobernador dijo “La educación se debe mostrar cuando tenemos visitantes, estamos aquí de mutuo propio, nadie nos obligó a venir”, en respuesta a las rechiflas e incluso en voz baja algunos recordatorios maternos, mientras que a unos kilómetros de ese lugar la situación era totalmente diferente con porras para la senadora Lorena Cuéllar.

Casos diferentes en un mismo día en el que se apreció el ocaso de un mandatario que no ha cumplido ni con “la caja de cristal” ni con resarcir “el tejido social roto” que a un año de dejar el poder se percibe la debilidad característica de fin de sexenio, ésta vez agravada por el propio Mariano, en tanto que Lorena Cuéllar comienza a percibirse como la más segura rumbo al gobierno del estado.

 

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