• Hueyotlipan
Con la intervención de la SEGOB, así como líderes de grupos políticos y funcionarios municipales llegan a un acuerdo

En días pasados nuevamente la calma del municipio de Hueyotlipan se vio interrumpida por gritos y jalones de gente apostada en la presidencia municipal, con el supuesto propósito de exigir a el alcalde Mauro León Garfias en un principio la destitución del responsable de seguridad pública, y poco después de todo el ayuntamiento. Luego de que líderes de diversos grupos políticos incitaran a pobladores y familias con niños a tomar la presidencia, exigiendo a el alcalde seguridad para las escuelas que han sido saqueadas por bandas delictivas, intervino la Policía Estatal, con el fin de salvaguardar la integridad física del  alcalde.

Hueyotlipan se ha visto afectado de forma particular por delitos que van desde robo de trenes, escuelas hasta intentos de secuestro de acuerdo a lo expresado por la población, y es que según declara la gente al parecer se han instalado bandas de crimen organizado que al verse copadas por el ejército, van contra la población más cercana y vulnerable, destaca que han sido escuelas los principales objetivos y aun cuando el personal de seguridad con que cuenta el municipio hace todo su esfuerzo por cuidar de la población, se han visto rebasados.

Esto ha motivado a grupos políticos a aprovechar los sucesos para atacar a quién les gano la pasada contienda, y es que Hueyotlipan tiene un largo historial de cacicazgos familiares que han ostentado el poder, y que ahora que se ven desplazados sacan raja política solicitando destituir a todo el ayuntamiento, como si el mismo fuese los que cometieran los robos.

Si bien es cierto es una de sus tareas brindar seguridad a la población, no así a los inmuebles, sería imposible asignar un policía o patrulla a cada escuela, el recurso con que cuenta Hueyotlipan, por parte del gobierno es destinado a obras de mayor necesidad como lo son agua potable y drenaje sobre todo en las comunidades, la seguridad sin duda es importante pero no hay dinero que alcance para este nivel de seguridad que se exige, serían necesarios módulos de seguridad, mas policías, mas patrullas, cámaras de vigilancia, centros de monitoreo, que ni municipios más grandes tienen.

Se rumora que en Hueyotlipan habitan caciques que han hecho fortunas del robo a trailers, y en complicidad con autoridades hacían su agosto, por ello una línea de investigación que sigue la justicia es la participación y relación de estos grupos políticos con las recientes acciones que llevaron a agredir físicamente a el alcalde, para tener pretexto de su destitución y seguir con antiguas complicidades criminales.

Destaca la inconsciencia de la población al llevar niños a este tipo de actos, los cuales implican la posible violencia para bien o para mal, cuando la turba se deja llevar por los gritos y jalones, todo puede suceder, y es que algunos pobladores se quejaron del actuar de la policía estatal al posiblemente utilizar gas lacrimógeno para rescatar al alcalde de en medio de la discusión, ya que luego de una hora de intentar dialogar, no hubo comisión ni forma de entablar diálogo, al punto que golpearon al alcalde por la espalda con puñetazos y patines, lo que desencadeno el actuar de los elementos de seguridad.

Incluso maestras de la zona de supervisión se vieron obligadas a abrir cajas del material que utilizan para dar clases, al salir de una de las oficinas de la presidencia, pues ya la turba estaba fura de control y de todo desconfiaban y agredían.

No faltó quién dijera que harían justicia por su propia mano, llevando la gobernabilidad a situaciones preocupantes, no olvidemos que en este tipo de acciones no se busca quién la hizo sino quién la pague, recordemos el caso de los encuestadores masacrados por la población en el vecino estado de puebla, al ser confundidos por secuestradores en medio de una turba descontrolada los lincharon a estos dos jóvenes que solo buscaban llevar recurso honesto a sus hogares.

Sera un precedente que motive a otros municipios del estado a hacer lo mismo, culpar a los alcaldes de todo, creyendo que con destituirlo ya no habrá  robos ni crimen, dejándose llevar por líderes charros que solo buscan mantener su estilo de vida a costa de quién se deje.