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En 39 días deberá probar que es la primera fuerza electoral, su principal adversario son los malos resultados y la corrupción de sus gobiernos

A 39 días de que se realice la elección federal en la que se elegirá al presidente de la República, senadores y diputados federales, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se encuentra en riesgo de que pierda su hegemonía no sólo a nivel nacional, sino también en Tlaxcala, en donde podría caer hasta el tercer lugar como fuerza política, luego de haberse hecho de los tres distritos electorales en 2015 y ganar la mayoría del Congreso local en 2016.

De acuerdo con la mayoría de las casas encuestadoras, el tricolor se ubica en la tercera posición de las preferencias electorales, lo que sería un grave fracaso para el partido que desde 2010 ha ganado la gubernatura en dos ocasiones y ha mantenido la mayoría en el Congreso estatal en las elecciones intermedias de 2013, alzándose como la primera fuerza en las últimas tres elecciones locales de mano de sus partidos satélites como el Partido Nueva Alianza (PANAL), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y en el ámbito local el Partido Socialista (PS).

En el ámbito local el PRI en 2010 logró hacerse de la gubernatura con 231 mil 631 votos tras la declinación de la entonces candidata del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Minerva Hernández Ramos en favor de la abanderada del Partido del Partido Acción Nacional (PAN).

Para 2013 y ya con un gobernador priísta que al principio desconocía a su partido luego de haber coqueteado con otras fuerzas políticas, logró la mayoría en el Congreso del Estado para gobernar a sus anchas con 118 mil 524 votos para el PRI.

En 2016 sin demostrar fuerza excesiva y a través de un presunto fraude electoral y diversas irregularidades, el PRI se hizo de la gubernatura con 189 mil 499, sin embargo, la votación fue lograda con el apoyo de sus aliados como el PVEM, el PANAL y el PS.

En cuanto al tema federal, tras haberse hecho de la gubernatura en 2010, el PRI de Mariano González Zarur y su experiencia política aunada a las andanadas de recursos públicos, no pudieron con el efecto AMLO que no venía en los niveles que hoy tiene, lo que derivó en una derrota que sólo le permitió lograr un distrito en favor de su ex cuñada, Guadalupe Sánchez Piedras Santiago.

El tricolor se mantuvo en esta elección federal y alcanzó 134 mil 552 votos, no obstante, no le alcanzó más que para el distrito de Sánchez Piedras Santiago.

Ya sin el molesto efecto del tabasqueño y con el manejo de los recursos a su antojo, el PRI ganó los tres distritos en 2015, con una votación mínima en el segundo y tercer distrito, alcanzando un total de 94 mil 816 sufragios.

En estas elecciones el tricolor se podría ubicar como tercera fuerza política, ya que de acuerdo con las encuestas está en riesgo de perder con sus candidatos al Senado de la Republica y en los tres distritos electorales federales.

Es la fuerza del movimiento de Andrés Manuel López Obrador y el rechazo al gobierno federal y local del PRI, lo que pondría en desventaja al actual gobernador con un Congreso local en el que perdería la mayoría de sus posibles aliados ante el efecto del tabasqueño.

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