- Educación
Las muestras de inclusión que ha mostrado el presidente de la República electo, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no coincidieron con la organización del Foro Educativo que se llevó a cabo el sábado pasado en las instalaciones del Centro Cultural Universitario (CCU) de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT), en donde se percibió desorden y exclusión para la entrada al público en general que deseaba participar en este evento que organizó la máxima casa de estudios conjuntamente con el equipo de transición del tabasqueño.
El temor de que la UAT deje de ser un botín político y económico tal vez fue la razón por la que desde un principio se ha manejado cierta prudencia hacía el gobierno entrante de López Obrador, más aún porque ya existen peticiones serías hacía el próximo titular del Poder Ejecutivo para que audite las finanzas de la universidad y acabe con las supuestas mafias que se han enquistado en la nómina aprovechando la presumida autonomía.
Trascendió que el sábado pasado, ese temor de que hubiera manifestantes que delante del próximo secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán expusieran el descontento con quienes controlan la universidad, llevó a que cerraran las puertas de acceso y restringieran la entrada tal y como sucede con los “cadeneros” de los antros.
De esta manera hubo cierto control y no hubo manifestaciones luego de que en las redes sociales exista un movimiento para pedir al tabasqueño que ponga los ojos sobre la máxima casa de estudios en la entidad.
No fue así con los líderes de la sección 31 y 55 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Demetrio Rivas Corona e Ignacio Díaz Grande respectivamente, quienes fueron abucheados durante su participación en el Foro delante de la audiencia, recibiendo calificativos como corruptos, vendidos y traidores.
Más de un ponente aprovechó la presencia del próximo titular de la SEP federal para decirle al secretario de Educación en el estado, Manuel Camacho Higareda su incompetencia y el ser parte de esas autoridades que han perseguido al magisterio, quienes con la llegada de AMLO deberán revirar en su política educativa orientada hacia la privatización y menosprecio hacía el profesor frente a grupo.