• Tequexquitla
Altos directivos de la empresa sostienen que son intocables gracias a un acuerdo con el gobierno estatal

Pese a la resistencia de la población de Tequexquitla por la contaminación del agua, el suelo y el aire, además de que no ha pagado un solo peso por su predial, licencia de funcionamiento y algunos otros impuestos que cobran los Ayuntamientos, la empresa Clorobencenos opera al amparo de un supuesto acuerdo con el gobierno del estado, lo que le permitiría burlar los pagos que debería realizar como industria en el municipio en el que se encuentra la planta.

Han sido diversas las inconformidades de los pobladores de Tequexquitla por la contaminación que estaría provocando la empresa desde su llegada a este municipio, teniendo como antecedente un par de explosiones en 2004 y en 2011, siniestros en los que una persona perdió la vida y cinco más resultaron lesionados, hecho por el que hubo una nutrida manifestación por parte de la población frente al Ayuntamiento en ese tiempo para exigir la clausura de Clorobencenos.

Pero lo más peligrosos de acuerdo con los pobladores es que por las mañanas, el área se cubre de niebla por las actividades que se realizan al interior de esta factoría, mientras que los desechos de la producción contaminan el agua, lo que ha dejado algunas afectaciones principalmente para el ganado de la región, sin que hasta el momento se conozca de un estudio para determinar si ha habido algún daño a la población.

No obstante, de acuerdo con Fernando Bejarano que es integrante de la Red de Acción sobre Plaguicidas en México, los componentes que utiliza la empresa para la elaboración de pastillas desodorantes para  sanitarios, son altamente tóxicos debido a la utilización de Dioxinas que son 150 mil veces más tóxicas que el cianuro  de sodio, por lo que estás sustancias pueden provocar defectos de nacimiento, alteraciones hepáticas y hormonales y en consecuencia el cáncer.

Esta situación llevó a que países como Estados Unidos, Japón y hasta Guatemala, cerraran empresas que operaban de manera similar a la que se asienta desde hace poco más de dos décadas en el municipio de Tequexquitla, factoría que es repudiada por los habitantes de la región que piden su clausura.

Mientras existen fuertes sospechas de la contaminación por parte de Clorobencenos, la empresa se ha negado a pagar los impuestos correspondientes al municipio, bajo el argumento de que estarían siendo apadrinados desde el gobierno estatal, por lo que una clausura la ven lejana porque la complicidad alcanzaría a los funcionarios federales heredados de la administración de Enrique Peña Nieto.

Tags: