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Presentar oscurecimiento en la parte posterior del cuello es un motivo para realizarse una prueba de prediabetes, explicó el doctor Rubén Silva, especialista en medicina interna y endocrinología, durante el XXXI Congreso Nacional de Diabetes, realizado en Acapulco, Guerrero.

El nombre clínico de este padecimiento es acantosis nigricans y se trata de una “señal de alarma” ya que significa que el páncreas está teniendo un funcionamiento anómalo, afirmó Silva.

En tanto, la prediabetes es un diagnóstico oportuno de factores que indican que la persona tiene un elevado riesgo de desarrollar diabetes, pero aún se encuentra a tiempo de prevenirla o retrasar que aparezca en edad temprana.

“Para tener prediabetes uno debe tener la glucosa alta pero no tanto para caer en el criterio de diabetes”, explicó el especialista quien añadió que las personas suelen ignorar varios factores de riesgo.

Personas con niveles de glucosa de entre 100 y 125 mg/dl tienen entre un 6 % y 9 % de desarrollar diabetes al siguiente año y entre 140 y 199 mg/dl hay un riesgo de entre 5 % y 10 %, explicó Silva.

Ante tales mediciones, Silva recomienda que los familiares directos de personas con diabetes sean los primeros en realizarse una prueba de prediabetes y cambiar su estilo de vida.

Según la Encuesta Nacional de Salud en México, la diabetes tiene mayor prevalencia en las mujeres (10,3 %) que en los hombres (8,4 %). Esta tendencia se observa tanto en localidades urbanas (10,5 % en mujeres y 8,2 % en hombres) como en rurales (9,5 % en mujeres, 8,9 % en hombres).

“La diabetes es una carga para la familia y el paciente, genera costos, consultas y adecuaciones a la dinámica familiar, también para el sistema de salud y afecta el entorno personal. Toda esta dinámica se puede prevenir”, destacó Silva.

Una de las pruebas con las cuales se puede saber de la prediabetes es la “Finnish Diabetes Risk Score”, donde a través de puntos se evalúa la edad, el índice de masa corporal y el perímetro de la cintura, la actividad física, tipo de alimentación, presión arterial, herencia genética y los niveles de glucosa.

El diagnóstico además, debe incluir estudios de laboratorio para medir el colesterol, los trigliceridos, y el ácido úrico