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En su columna de “El Universal”, Salvador García Soto refiere que la grabación que fue expuesta en las redes sociales en las que se escucha presuntamente a la aspirante por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) a la gubernatura, Dulce Silva Hernández hablar mal del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), salió desde una oficina de Palacio Nacional por las pugnas internas y no tendría su origen en Tlaxcala, tal y como lo hizo hacer creer la acaudalada empresaria poblana.
César Yáñez Centeno Cabrera, esposo de Dulce Silva, acompaño 18 años a AMLO en su largo caminar que lo llevó a la presidencia de la República y fue a finales de septiembre de 2018 que en su boda tomaron imágenes para posteriormente publicarlas en una revista criticada por los lopezobradoristas, lo que le valió el distanciamiento del entonces vocero con el presidente electo.
Han pasado más de dos años y de acuerdo con la versión del columnista Salvador García, Cesar Yáñez ha comenzado a recobrar la confianza del tabasqueño, luego de la burla que significo para AMLO aparecer en la portada de la revista y recibir señalamientos de incongruencia gracias a la insistencia de Dulce Silva de aparecer en esta publicación.
Y ante las pugnas internas al interior de Palacio Nacional con los hombres y mujeres más cercanos al presidente López Obrador, alguien habría filtrado la conversación de la esposa de César Yáñez buscando que nuevamente caiga de la gracia del presidente de la República y nuevamente a través de su polémica cónyuge.
Mientras Dulce Silva promueve la guerra sucia y enfila sus baterías contra la diputada federal con licencia, Lorena Cuéllar Cisneros por la difusión del audio donde hablaría mal del presidente, se presume que han sido cercanos al mismo AMLO los que habrían filtrado la grabación por la que la empresaria ya se sintió aludida y amenazó con realizar una denuncia ante la Fiscalía General de la República.
Lo cierto es que la misma Dulce Silva, estaría reconociendo que la voz en la grabación es de ella al amenazar con una denuncia, ya que si no se tratara de su voz, no recurriría a la FGR para que investigaran quién la habría grabado sin su autorización.