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La menor de 16 años, dijo orgullosa que "prefiero perder mi cabello que perder a mi abuelito" y contó su inspiradora historia en redes sociales
Una jovencita de 16 años se está ganando el corazón del público y además poniendo un gran ejemplo, al contar su historia, en la que decidió vender su cabello para poder pagar el oxígeno de su abuelito que padece COVID-19, en Toluca, Estado de México.
Ana Paola cuenta en su publicación, que ella es estudiante del 4° semestre de bachillerato en la Universidad de Guadalajara, pero que hace 8 meses vive con su abuelita Santa y su abuelito Jesús, en su casa de Toluca.
Además, la menor relata lo mucho que ha sufrido su familia con la pandemia y cómo afectó a su familia, en la que ya hay 9 parientes contagiados. Hasta ella ha tenido síntomas de la enfermedad.
“Yo perdí el gusto y el olfato desde el 30 de diciembre, ya quiero recuperarlo para comerme unos tacos y que sí me sepan a algo. Aunque he sido afortunada porque solo siento el malestar como de una gripa y dolores de cabeza ocasionales”, dice.
Así mismo, comentó que pese a sus malestares, ella decidió hacer algo para ayudar a su familia, pero más por su abuelito Jesús, que tiene 68 años y por su tío José.
“La oxigenación de mi abuelo bajó a 40, los médicos nos habían advertido que no debía bajar de 90. Teníamos que conseguir oxígeno, veía a los adultos de mi familia preocupados porque está caro, todos estaban juntando el dinero. Entonces yo le pregunté a mi hermana si me tomaba una foto para subirla al Facebook y vender mi pelo”, reveló.
Cuando Ana subió una foto de su melena a Facebook, escribió lo siguiente: “Vendo mi cabello para comprar un tanque de oxígeno para mi abuelito, tiene COVID, su oxígeno hoy bajó mucho y quiero ayudar a mi familia a conseguir dinero. Mi cabello medía desde la raíz 73 centímetros”.
Al realizar su gran prueba de amor por su abuelito, la menor se siente satisfecha y aunque no se acostumbra a su nuevo look, dice que “prefiere perder su cabello que perder a su abuelito”.
“Con este corte me parezco al “Macaco” de María de todos los Ángeles, pero ahora mi cabello lo veo como algo que me sirvió aunque sea para sacar poquito dinero y ayudar. Me pagaron 2 mil 500 pesos y ese dinero se lo di a mi tía para los gastos de mi abuelito que trabaja en un taller mecánico”, cuenta la menor en redes, donde cientos de personas la apoyan y admiran por su valentía