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Un par de demandas revelaron que un convento vendía a jóvenes para que fueran usados como esclavos sexuales de pervertidos en Alemania. 

La Orden de las Hermanas del Divino Redentor, en la comunidad de Colonia es acusada de comercializar a jóvenes huérfanos, quienes no eran adoptados. Las víctimas de estos abusos interpusieron las demandas contra las religiosas. 

Los demandantes aseguran que incluso les negaron la oportunidad de ser adoptados o que fueran recibidos por familias de acogida, con el fin de comercializarlos a hombres de negocios y sacerdotes depredadores. 

Una de las víctimas aseveró que incluso las monjas lo visitaban años después de haber dejado el convento, cuando él vivía en su dormitorio de la universidad. Agregó que las religiosas lo drogaban y lo llevaban a los departamentos de sus agresores sexuales. 

Karl Haucke, de 63 años de edad, interpuso una de las denuncias y exigió que la Arquidiócesis de Colonia inicie una investigación al respecto. 

El demandante asevera que fue abusado sexualmente al menos una vez a la semana durante tres años, cuando él tenía 11 años de edad y al menos hasta los 14. La víctima explicó a la televisora local Deutsche Welle que no sólo sufrían dolor físico, sino que él y sus compañeros sabían la humillación que padecían al “ser usados”. 

El Arzobispado local rechazó revelar los detalles de la demanda, ya que alegaba que los delitos descritos eran tan horrendos para revelarlos al público. Incluso pidió que los reporteros interesados en revisar los documentos firmaran acuerdos de confidencialidad. Los periodistas rechazaron esta solicitud y acusaron que las autoridades eclesiásticas les bloquearon el acceso al expediente. 

Ante ello, varios abogados con acceso a la demanda han compartido detalles del archivo con diversos medios de comunicación. El expediente señala a varios hombres de negocios de Alemania, quienes son acusados de “rentar” a jovencitos por parte de varias monjas en la comunidad de Speyer, durante los años de 1960 y 1970. 

La querella también agrega que los jóvenes eran obligados a participar en orgías antes de ser devueltos a las monjas, quienes castigaban a los adolescentes por manchar su ropa o estar cubiertos en semen.