El fenómeno político electoral que estamos viviendo en Tlaxcala es interesante, alcaldías variopintas,-algunas hurtadas-, diputaciones descuidadas, o bien “trabajadas” a según sea el caso. Todo esto con el consabido desencanto del electorado, que prefirió quedarse en su casa o anular su voto y ahora contempla el espectáculo con repulsión o con indiferencia, en el peor de los casos.
Hay que resaltar que en estas elecciones, bajó la participación ciudadana a casi la mitad, ya que del casi sesenta por ciento de afluencia que hubo en las votaciones del 2012, este año sólo el treinta por ciento acudió a las urnas.
En Totolac -como botón de muestra- de más de 17 mil electores, votaron alrededor de cinco mil, lo que significa que votó menos del treinta por ciento de la población, por lo tanto los representantes electos en todos los niveles de gobierno, son ilegítimos, pues no representan a la mayoría de la sociedad y ameritaría que se repitieran las elecciones, hasta alcanzar el cincuenta por ciento más uno de votantes.
Sin embargo, es el momento preciso de tomar cartas en el asunto, para exigir trabajo e impedir el asalto al poder de las próximas autoridades, de por si espurias, que traen ya preparadas o en el camino aprenderán, las prácticas de nepotismo, favoritismo, cleptomanía y cerrazón-entre otras- que tanto han asolado a nuestros municipios y al congreso local. Por lo que es preponderante que hable el pueblo de lo que desea y opine de lo que le hace falta en todas las comunidades y lo más importante: vigile y haga cumplir su voluntad.
Porque en su momento, cada candidat@, se decía mas guap@, capaz y milagros@, ahora tienen que cumplir o ¡se van! La lucha continúa y es necesario que la gente, tome conciencia de su papel tan necesario en la toma de decisiones, de que se dé cuenta, que su actitud omisa es lo que ha permitido el enriquecimiento de pocos, en detrimento del pueblo.
Y en esta parte aplica la frase de Marthin Luther King, que afirmaba: ”No me sorprende la maldad de la gente mala, me asusta la indiferencia de la gente buena”, por lo tanto, no perdamos de vista, que sólo tendremos tiempos mejores, si continuamos trabajando hacia la construcción de una verdadera democracia, hay mucho que hacer; canalicemos nuestra energía en trabajo y participación colectiva.
Vamos hacia la consulta popular para la aplicación correcta de nuestro dinero en todos los rubros de la administración pública y para exigir a los que se van y a los que llegan cuentas claras, no más favoritismos y empleados nuestros-todos los que fueron electos por el voto popular lo son- sin hacer nada y ganando sueldazos que no devenguen .
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