• Citlali Ortiz Cano
¿El impuesto a las bebidas y comidas azucaradas, es la solución para la obesidad?

No es cuestión de gravar con impuestos estos productos,  para desanimar o reducir su consumo,  es un asunto  de educación, bienestar y mejores estadios de vida, para que disminuya su consumo. Además es importante, entender que los trastornos alimenticios que tienen que ver con la ingesta excesiva de refrescos y botanas, que desencadenan en diabetes y un sinnúmero de enfermedades físicas, son causados por problemas socioemocionales.

Por lo que el mencionado gravamen,-¡que ahora resulta que en vez del 5% será del 8%!- solo servirá para recaudar más impuestos y empobrecer, además de seguir enfermando a los adictos a las bebidas azucaradas y a los productos chatarra, que son millones de personas en nuestro país, puesto que al ser el nuestro, un país poco generador de expectativas, nos convierte en un país triste-bucólico y deprimido-, por lo que la gente roba “ratos de placer” momentáneos al ingerir dulces y carbohidratos.

Está documentado que dichos productos logran efectos placenteros en el cerebro, desafortunadamente en lapsos muy cortos que pueden ser incluso instantáneos  y al igual que en cualquier adicción a sustancias, ´éstas se convierten por un lado, en un veneno para el organismo, deteriorándolo cada vez en etapas más tempranas y por otro desatan la compulsión o necesidad de ingerir en mayores cantidades.

Hace 25 años, había un porcentaje reducido de personas adultas con sobrepeso y obesidad en nuestro país, en el año 2012, la cifra ya había ascendido hasta el 70% de adultos con este problema y en cuanto adolescentes, el porcentaje se triplicó, en el mismo lapso. Si tomamos en cuenta que fue hace 30 años que empezaron las terribles políticas neoliberales, que introdujeron grandes industrias de bebidas y alimentos con alto contenido calórico, que han inundado todo nuestro país, la explicación de esta pandemia es más que evidente y aleccionadora.

El objetivo del grupo de depredadores que se ha propuesto aniquilar, primordialmente a los pueblos del tercer mundo, se ha ido consolidando, gracias a una población debilitada por la pobreza y  las enfermedades, convirtiéndolos en presas fáciles, para robarles su territorio y riquezas naturales, es un “sitio posmoderno”, consistente en tácticas más amplias, infalibles y muy crueles.

Por lo que es inminente un cambio de políticas, que indudablemente tendrán que emanar del pueblo y de liderazgos contundentes y definitivos; golpes de timón como los dados por algunos gobiernos latinoamericanos-Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina, etc.- para sacudirse  la hegemonía demente de las grandes potencias, por lo que es urgente  la disolución de poderes, no sólo en un solo estado, como lo vienen elucubrando en Michoacán, sino en todo el país.

Porque absolutamente todos los aparatos gubernamentales están rebasados y eso incluye a ambas cámaras, que se han convertido en  las carpas más grandes de los titiriteros más aviesos- Carlos Salinas de Gortari, Emilio Azcárraga, Germán Larrea, entre otros- que se han dado en nuestro maltrecho país.

INFORMES Y SUGERENCIAS AL CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] ó CEL. 0442464591654, EN FACEBOOK Y TWITTER