• Marco Antonio Muñoz Sánchez
.

Recientemente me comentaba un profesionista sobre su situación económica: “…cerró la empresa y aún no encuentro empleo, voy a tener que emigrar a Hidalgo donde me ofrecen un trabajo, en Tlaxcala o te dedicas al comercio informal para sobrevivir o le entras a la grilla a sabiendas de que allí son tres o seis años y se acabó, al drama nuevamente del desempleo”.

    Pero lo trágico de nuestro estado es que estos altibajos económicos los padece tanto quien labora en o para  el sector público como aquél que labora en o para la iniciativa privada ante los cierres de empresas como Nestlé, Zentrix o las dedicadas a la industria textil en Sta Ana Chiautempan.

En Tlaxcala la vida laboral para un alto porcentaje de sus profesionistas y técnicos se ha vuelto un sube y baja, una rueda de la fortuna. Nuestra economía local se caracteriza por alternar años de bonanza con años de depresión económica seguidos de zozobra y desesperación por conseguir un empleo.

¿Pero hasta qué punto dependemos los profesionistas del sector gobierno y la clase trabajadora de la informalidad para ganarse el sustento? ¿A qué actividades económicas nos dedicamos en Tlaxcala? ¿Tenemos esperanzas de desarrollo económico?

Veamos, de acuerdo con datos del INEGI la participación de Tlaxcala en el PIB para el año 2012 fue de solamente el 0.6 por ciento a diferencia de otro estados de similar área geográfica como Morelos y Aguascalientes quienes aportaron el 1.2 y 1.1 por ciento en la producción económica del país, esto es, crecieron más del doble que nosotros. Pero, ¿qué es el PIB? Estas siglas significan Producto Interno Bruto que es un indicador que ayuda a medir el crecimiento o decrecimiento de la producción de bienes y servicios de un país en un periodo de tiempo.

En este sentido, nuestra entidad federativa se ubicó en el lugar número 32 de aportación al PIB en el país; o sea, el último lugar en la producción de bienes y servicios desde el año 2005 hasta el año 2012, lo que demuestra que la actividad económica de Tlaxcala es pobre, magra, en comparación con el resto de los estados de la República.

¿Pero cómo se obtiene ese 0.6% de riqueza? INEGI destaca que  Tlaxcala tiene como unidades económicas relevantes a las siguientes: comercio 53%; industrias manufactureras 16%, servicios no financieros 16%, agricultura y pesca 0.3%, construcción 0.3% y otros servicios 12%. De lo anterior se concluye que Tlaxcala tiene vida económica gracias al comercio y en mucho menor medida a la industria manufacturera y  los servicios no financieros como son el sector inmobiliario; de alquiler de bienes muebles; servicios profesionales; científicos; técnicos; alimenticios; corporativos, etc.

    Asimismo, se tienen datos oficiales de que del total de la población ocupada en Tlaxcala para el año 2013, el 79% trabaja en el ámbito no agropecuario y el 16% en el agropecuario.  Así, del 79% de tlaxcaltecas que labora en el comercio o la industria, el 59% lo hace en un micronegocio, el 21% lo hace en un pequeño establecimiento, el 8.5% lo hace en un gran establecimiento y el 5.2% trabaja para gobierno.  

Lo anterior nos lleva a las conclusiones siguientes: a) La economía tlaxcalteca se basa primordialmente en el comercio, y en mucho menor medida en la industria o en el sector agropecuario; b) ese comercio es principalmente el comercio en pequeño llámese formal o informal, es decir los “changarros”; c) con excepción de quienes trabajan para gobierno, la mayor parte de las unidades económicas que nos permiten sobrevivir son micronegocios (conformadas 1 a 10 trabajadores).

    La deducción lógica es obvia: somos un estado con poca industria y manufactura, cuasi nula agricultura y mucho comercio… pero en pequeño; nuestra economía local no aporta valor agregado y es insignificante su aportación a la producción económica nacional.   Hace falta una visión estratégica y un enfoque de desarrollo económico certero para que Tlaxcala comience a detonar económicamente.