¡¡LA CRISIS POR LA QUE ATRAVIESA MEXICO ES RESPONSABILIDAD DEL GOBIERNO… Y TAMBIEN DEL PUEBLO POR CONSENTIR A LA CLASE POLITICA QUE TENEMOS!!
Amigable reunión de sinvergüenzas
Reconozco que no abordo frecuentemente temas del ámbito nacional. El motivo: tengo claro que estos asuntos son objeto de análisis por parte de grandes periodistas que han destacado por ser analistas profesionales, expertos y muy capaces.
En esta ocasión, sin embargo, externaré mi opinión personal respecto a lo sucedido en el estado de Guerrero. Desde mi punto de vista, los acontecimientos que se dieron en Iguala el pasado 26 de septiembre son consecuencia de los gobiernos omisos e irresponsables que padecemos en los tres órdenes: ¡¡FEDERAL, ESTATAL Y MUNICIPAL!! Este último -el municipal- fue mas allá, pues además de corrupto, estaba encabezado por un alcalde acusado de asesinato y señalado además como uno de los principales líderes de la delincuencia organizada, específicamente del grupo llamado “Guerreros Unidos”, agrupación de maleantes cuya principal operadora era su esposa María de los Ángeles Pineda, la que por cierto pretendía suceder a su marido en el ya tristemente célebre municipio de Iguala. No le narraré de nueva cuenta detalles del caso pues estoy seguro que usted, estimado lector, los conoce a estas alturas perfectamente.
Lo que realmente indigna -no sólo al que esto escribe, si no a millones de mexicanos- es la forma en que el gobierno federal está enfrentando el gravísimo problema. Me parece increíble que, a treinta y ocho días de lo sucedido, el presidente de la República ENRIQUE PEÑA NIETO, no se haya hecho presente en Guerrero. Me pregunto: ¿qué clase de mandatario tenemos? La respuesta nos la facilita el conocido filósofo español FERNANDO SAVATER, cuando afirma que en México no tenemos “…los gobernantes que merecemos, si no los que consentimos…”. Y es cierto, porque resulta muy cómodo gobernar de espaldas a los grandes problemas como lo hace PEÑA NIETO. Por ello, está perdiendo la confianza de sus gobernados que, cansados de no ver soluciones, han dejado de creer en un discurso que ofende su inteligencia.
A mi juicio, el presidente tuvo que haber acudido a Iguala desde los primeros días de octubre, a fin de encarar personalmente la crisis. Así mismo, en ese mismo instante debió ordenar el arraigo de ANGEL AGUIRRE RIVERO, el borracho, corrupto e inservible gobernador de Guerrero con el objeto de someterlo a una exhaustiva investigación que determinara su responsabilidad en lo sucedido, y por haber propiciado la huida de JOSE LUIS ABARCA y su esposa, quienes gracias a su ayuda permanecen prófugos. Y también se debió aclarar cual fue la conducta de los integrantes del cabildo del ayuntamiento, pues hoy resulta que todos se echan la bolita.
Entiendo que -considerando las tensiones imperantes- son muchos los que piensan que PEÑA NIETO, en esas circunstancias, no debe hacer acto de presencia en Guerrero, pues se pondría en riesgo la seguridad del Jefe del Estado Mexicano. Sin embargo, estoy convencido de que, quien llega a un cargo de poder gracias al voto (presidente de la república, gobernador, diputado, senador o alcalde) debe ser consciente de que, en el desempeño de su encomienda, tendrá que enfrentar con valor los riesgos que su alta responsabilidad conlleva. Además, de todos es sabido el gran aparato de seguridad de que dispone el gobierno para salvaguardar la integridad física del primer mandatario.
Algo que resulta aberrante en toda esta desagradable situación, es la actitud que han asumido los partidos políticos por querer sacar provecho de la desaparición y presumible muerte de los estudiantes de Ayotzinapa. Con todo este pésimo manejo, Guerrero, el sufrido y más pobre estado de la Republica se está afectando gravemente la afluencia turística, su principal y casi única fuente de ingresos.
El problema es dramático, y no se ve quien podría resolverlo. No hay día en que no se difundan imágenes de “estudiantes” y “maestros” destrozando y quemando instalaciones públicas, oficinas de partidos políticos, y negocios y empresas particulares que -por lo menos estas últimas- nada tienen que ver en el conflicto. Todo esto, claro, ante la complacencia y puede que hasta con la complicidad de las autoridades que no se atreven a tocar a los vándalos ni con el pétalo de una flor de calabaza.
La pregunta que hacemos es: ¿hasta cuando el gobierno soportará la creciente presión nacional e internacional, y asumirá una actitud responsable? Aumenta todos los días el número de ciudadanos que cree que a las autoridades les conviene seguir “buscando” a las cuarenta y tres personas desaparecidas antes que aceptar y dar a conocer la verdad que todos tememos, pero que no se atreven a revelar. No debiera pues extrañarnos que le estén apostando “al tiempo” para desgastar física y mentalmente a los familiares de las víctimas. En fin, no nos queda mas que armarnos de paciencia para esperar el desenlace de esta tristísima historia.
Frase para la reflexión
“COSAS HAY QUE, AUNQUE SE DIGAN, NO SON PARA QUE SE ENTIENDAN”
Como siempre, mi total agradecimiento y respeto a quienes me brindan un momento de su tiempo. Gracias y hasta la próxima.