• Reyes Ruiz Peña
La verdad no peca pero……..

 

Cada día es más alarmante el grado de inseguridad que se vive en Apizaco, pues a pesar de la trillada frase utilizada por el gobernador Mariano González de que: “Tlaxcala es uno de los estados más seguros del país” la realidad es otra, y es precisamente en la ciudad rielera donde estamos viviendo situaciones que jamás se habían dado y están causando un alto índice de psicosis colectiva.

A pesar de que la mayoría de los delitos que a diario se cometen no son dados a conocer a la opinión pública por los diferentes medios de comunicación, hoy sin embargo las redes sociales se han convertido en el principal referente de los acontecimientos delictivos que han sucedido y están provocando pánico y temor entre la ciudadanía.

Los robos de autos por ejemplo: es uno de los principales delitos que a diario se cometen, siendo un promedio de cinco vehículos al día los que se roban en Apizaco y su zona conurbada.

Los asaltos a mano armada cada día son más frecuentes, incluso a plena luz del día y en el propio centro de la ciudad.

Los robos a casa habitación y comercios se han disparado considerablemente, sobre todo, en las zonas más descuidadas por las autoridades ante la carencia de alumbrado público eficiente, y la falta absoluta de rondines de vigilancia por parte de la policía.

En fin estimado lector, estoy completamente convencido que es solamente cuando uno vive en carne propia algún infortunio de cualquier índole que nos lleve ante las autoridades, como conoceremos verdaderamente la forma en que se aplica la justicia en Tlaxcala.

El simple hecho de acudir ante el ministerio público, -que pertenece a la procuraduría general de justicia del estado- o al juez calificador, -que depende del gobierno municipal- en la mayoría de los casos se convierte en un verdadero calvario por muchas razones.

Indigna y lastima, el trato déspota y en muchos casos hasta grosero con el que tratan a la gente,   -sobre todo se ensañan con las personas más humildes- quienes por ignorancia pero sobre todo por falta de dinero, son víctimas del abuso de quienes tienen la obligación de proporcionar un servicio con educación, respeto, rapidez y diligencia, a pesar de saber que el sueldo que cobran proviene de los impuestos que aporta la ciudadanía.

Han pasado muchos gobiernos y absolutamente nadie se ha preocupado por brindar una imagen digna, pero sobre todo honesta, a esta importantísima responsabilidad que es la aplicación de la ley de manera “pronta y expedita”, derecho constitucional que tenemos todos los mexicanos, pero que en la realidad es letra muerta.

Resulta verdaderamente vergonzoso e inaceptable, enterarse de la labor que realizan todos aquellos que están involucrados en el ámbito de la aplicación de la justicia en general, pues salvo contadas excepciones –si es que las hay- se conducen a través de la corrupción, el abuso, el cohecho, las amenazas, y la impunidad. Lo que ha dado como resultado la falta de confianza, credibilidad y respeto a las autoridades.

Lo sucedido hace algunos días con policías estatales que se dedicaban a secuestrar, -por cierto operaban en Apizaco- es una llamada de alerta para la ciudadanía en general, pues este es el principio del peor cáncer que está azotando a la sociedad en todo el país, y esa enfermedad se llama… ¡¡IMPUNIDAD!! 

¿Hasta cuándo se castigará severa y ejemplarmente a quienes con placa y pistola son los principales enemigos del pueblo?

¿Algún día veremos tras las rejas a un ¡¡PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, GOBERNADOR, PRESIDENTE MUNICIPAL, DIPUTADO O SENADOR!! u otro servidor público que se haya enriquecido ilícitamente a través del cargo que haya mal desempeñado?

Yo creo que, como van las cosas…¡¡NUNCA!! ¿Usted qué opina estimado lector?                

    

 

Frase para la reflexión:

“¡CONTRA LA INJUSTICIA Y LA IMPUNIDAD! NI PERDON NI OLVIDO”

 

Como siempre, mi total agradecimiento y respeto a quienes me brindan un momento de su tiempo. Gracias y hasta la próxima.