La visita del Papa Francisco a nuestro país, ha servido como un gran distractor para que millones de Mexicanos, olviden por unas horas o unos días, los problemas que vive nuestro país, tanto el gobierno, como los medios de comunicación escritos, digitales y las dos principales televisoras, se han encargado de difundir paso a paso el transitar del jerarca de la Iglesia Católica, dejando a un lado la crítica situación económica que viven millones de compatriotas, la falta de empleo de millones de mexicanos, la inseguridad que se vive a todo lo ancho y largo de nuestro país, todo se ha dejado a un lado y un ejemplo es el caso del penal de topo chico en Monterrey, donde murieron más de cuarenta reclusos y la nota paso a interiores o solo se hicieron algunos comentarios, por cierto en estos días las corporaciones policiacas tanto a nivel federal como estatal y municipal, se han centrado en resguardar la seguridad del Sumo Pontífice, principalmente en los estados que son visitados por su Santidad, la pregunta obligada de millones de mexicanos es ¿realmente la visita del Papa le servirá a nuestro país?, las respuestas seguramente serán diferentes y cada una de ellas respetables, lo delicado es saber, si en la agenda personal del Pontífice, estará considerado hablar temas específicos como la violencia y el tráfico de ilegales, con el Presidente Enrique Peña Nieto, y no solo tratar y analizar los problemas superficialmente, si no buscar alternativas que permitan combatir los problemas de raíz con el apoyo de la iglesia; los discursos del Sumo Pontífice, han sido fuertes tanto para los obispos, como para los gobiernos, cuando habla de riquezas, vanidad, corrupción, orgullo y el alejamiento de los ministros de la iglesia con la sociedad, el Papa en sus mensajes da a conocer que sabe la radiografía del Estado Mexicano, pero también sabe que debe tratar esos temas con cautela y sin señalamientos particulares ya que el mismo vaticano, ha pasado por momentos muy difíciles de pederastia, de malos manejos financieros y de corrupción, sin duda que el Papa Francisco, es un gran teólogo, un hombre con un gran carisma, un hombre sencillo pero que sabe hablar fuerte, pero principalmente es un hombre que conoce la problemática de cada uno de los países que visita y México, seguramente no es la excepción, aunque nuestro país, tiene una particularidad muy significativa la mayoría de Mexicanos, somos creyentes de la religión católica, por lo que se espera que la visita y los mensajes ayuden a que los gobiernos y la ciudadanía, asuman los roles que les corresponden.
Por cierto en diferentes análisis y comentarios sobre la visita del Papa Francisco, el señalamiento ha sido la desmedida seguridad que rodea al Pastor de la religión católica y no porque no se lo merezca o por que no esté latente el peligro de algún atentado, sino porque la seguridad en extremo aleja al Papa de millones de católicos que por días y horas esperan verlo aunque sea unos segundos, los mexicanos necesitamos llenarnos de espiritualidad y de mensajes que no sean de políticos demagogos, la verdadera importancia de la visita del Papa Francisco, se verá cuando los ministros de la iglesia católica cambien sus estereotipos, que los políticos que llegaron a Palacio Nacional, entiendan que el gobernar no es expresar discursos demagógicos, no es agarrar al país o a los estados como botín económico, no es gobernar con prepotencia y altanería, no es fomentar la corrupción y mucho menos crear dinastías, si algunos de estos deseos se cumplen la visita del Papa será benéfica, si no ni los jerarcas de la iglesia católica ni los gobernantes, ni los políticos y ni la sociedad mexicana, abran recibido el mensaje que ha difundido el Papa Francisco y la asistencia de los políticos so lo fue para la foto
Por ultimo desde este espacio periodístico le pido a todos los tlaxcaltecas que les gusta el arte del toreo elevar sus oraciones para que el torero Uriel Moreno el Zapata, se recupere pronto de la cornada que el pasado viernes sufrió en la Plaza de toros El Relicario de Puebla, mucha fortaleza para Don Fernando y familia.