El mundo sigue hablando del caso Brasil, el gigante sudamericano parece caer ante el desgobierno que propicia la corrupción. A la presidente de Brasil Dilma Rousseff, se le ha iniciado juicio político y si el senado de aquél país ratifica el proceso, la mandataria será suspendida de sus funciones por al menos 180 días, en su defensa ella argumenta un golpe de Estado, sus detractores le acusan de encubrir a corruptos y de maquillar cifras de empresas estatales, no se le acusa de tener una casa blanca o contratistas que le regalen costosas propiedades, se trata de un asunto de formas, si quieren mis dos lectores ser condescendientes.
Lo cierto es que en Brasil, sucede lo que quizá en México nunca lleguemos a ver las personas que hoy somos adultos, aquí la corrupción priista ya no sólo es referencia sino que ahora es considerada como elemento cultural por Peña Nieto; pero si nos apuramos, quizá los niños que están naciendo en este año si puedan vivir en un estado sin corrupción ni impunidad.
¿Qué podemos hacer? Me parece que es necesario seguir apostando por la construcción de una sociedad cada vez más participativa, critica y exigente. Tenemos frente a nosotros un nuevo proceso electoral, cientos de candidatos a presidentes municipales ya afinan sus estrategias, para que en próximos días nos ofrezcan un gobierno honesto, transparente y que nos llevará el anhelado desarrollo, el guión de cada ocasión ya lo conocemos.
El guión no sólo se repite en cada elección, también los gobernantes suelen maquillar cifras para maximizar sus logros, por ejemplo, el actual gobierno tlaxcalteca asegura por ingenuidad, ignorancia o perversidad que hace cinco años dejaban la escuela 200 niños por falta de recursos económicos y que en esta época sólo 17 niños abandonaron la escuela por esa causa. No hace falta refutar de manera estadística la cifra, sólo dejo el dato a mis compañeros y amigos maestros, para que juzguen si el dato cuando menos se aproxima a la realidad.
Ante las realidades falaces de cada elección y de muchos gobiernos, es necesario que impulsemos un sistema municipal anticorrupción. Exijamos a los candidatos a que adopten los mecanismos que la experiencia internacional indica como buena practica de combate a la corrupción, pongo a manera de ejemplo sólo un mecanismo: Qué cada Ayuntamiento publique no solo la cuenta pública (esa que le maquillan los diputados, tras una módica cooperación), sino que además publiquen los estados de cuenta bancarios, aquéllos que cada banco comercial remite a los municipios por las múltiples cuentas que manejan, queremos conocer sus ingresos y egresos bancarios, para que estos sirvan de referente al análisis de la cuenta pública. Ese sólo es un mecanismo de al menos cuatro más que cada municipio debiera implementar, ¿algún candidato se apunta?
De por ahí…
Se aproxima el primer debate que entre candidatos a la gubernatura se celebrará, creo en ese mecanismo como forma de contraste de ideas, aún nuestra incipiente democracia no asimila el proceso, pero pronto tendremos mejores resultados de ese ejercicio.
Twitter@HomeroMeneses