En medio de la grave situación que estamos enfrentando en el país y el estado por la pandemia del coronavirus, nuestros diputados locales, prácticamente en su totalidad, han dado muestras de su insensibilidad, mediocridad y egoísmo.
La actual contingencia sanitaria y la inevitable crisis económica que se nos viene no han despertado en nuestros legisladores ninguna señal de solidaridad o de altruismo hacia sus representados. Parece que a los diputados no les importa la gente que les dio su voto.
Eso sí, estimado lector, varios de nuestros representantes populares están muy interesados en volver a participar en el proceso electoral del 2021, ya sea para reelegirse como diputados locales o para contender por alguna presidencia municipal.
Tal es el caso de la diputada MICHEL BRITO VÁZQUEZ, quien con la entrega de material para sanitizar el Hospital Comunitario de Tlaxco y el anuncio de reetiquetar recursos para despensas, zapatos escolares y apoyos al campo, ha aprovechado para promover su imagen de manera burda.
Es evidente que a los integrantes de la LXIII Legislatura local lo único que les importa es el hueso y el dinero que se embolsan por sus sueldos y por sus escandalosas “gestiones legislativas”.
Ahí está el ejemplo de la diputada MAYRA VÁZQUEZ VELÁZQUEZ, que fue denunciada ante la Fiscalía Anticorrupción y exhibida públicamente en un video por presuntamente pretender alterar facturas y aumentar el precio de insumos para el campo que, por su “desinteresada” gestión, serían entregados a habitantes de San Lucas Tecopilco.
Lo más “sensible” que han hecho nuestros legisladores locales en estos momentos de adversidad se lo debemos al diputado VÍCTOR CASTRO LÓPEZ, quien al ritmo de la CUMBIA DEL CORONAVIRUS pidió en tribuna que los tlaxcaltecas no tomen la pandemia de Covid-19 como “relajo”. ¡Vaya ridiculez!
Quien se mantiene fuera de todo reflector y de toda actividad para mitigar los embates del coronavirus en la salud y la economía de los tlaxcaltecas es el diputado RAFAEL ORTEGA BLANCAS, pues en Apizaco -el distrito electoral que representa- no tiene contacto con la gente ni se conoce que haya implementado alguna acción de beneficio colectivo durante la contingencia, a pesar de que tiene la intención de contender por la alcaldía.
En Oaxaca, a diferencia de lo que ocurre en Tlaxcala, los diputados locales de todos los grupos parlamentarios donaron un mes de su dieta -que en conjunto suma 1 millón 764 mil pesos- para la compra y adquisición de equipo médico a fin de que los hospitales de esa entidad cuenten con mayores recursos para atender a la población afectada por Covid-19.
En Veracruz, la bancada de Morena en el Congreso local donó su sueldo de un mes para apoyar a la población de esa entidad durante la contingencia sanitaria. En Sonora, una diputada federal y dos legisladores locales donaron los más de 90 mil pesos que perciben como sueldo para destinarlos a alimentos y medicinas a población vulnerable.
En la Cámara de Diputados también varios legisladores federales de diferentes bancadas decidieron donar parte de sus ingresos para la compra de medicinas y alimentos. En Puebla, un diputado local propuso a sus homólogos donar el 50% de su salario a un fondo de apoyo a personal médico que atiende a pacientes enfermos de Covid-19.
En Tlaxcala, a nuestros legisladores parece no importarles la difícil situación que vive nuestra entidad, donde gran parte de la población labora en la informalidad y obtiene sus ingresos de subsistencia del trabajo que realizan día con día.
Los integrantes de la LXIII Legislatura local pecan de indolencia ante la crisis que afecta a sus representados. Los diputados no han ofrecido más que buenas intenciones. Sus dietas y sus privilegios permanecen intactos, y no dicen nada de los recursos que se autoasignaron para “gestión”.
Si el egoísmo de nuestros legisladores es tal que son incapaces de donar parte de su dieta, tienen en la bolsa 486 millones 250 mil pesos (casi 10 veces más que los 50 millones que el Gobierno del Estado destinó al Fondo de Emergencia contra Covid-19) del Programa de Resarcimiento a Finanzas Municipales que ejercen discrecionalmente. Al menos podrían destinar una parte de ese recurso para paliar los efectos de la crisis entre los que menos tienen.
En estos momentos de adversidad es cuando más se necesita el apoyo y solidaridad de los servidores públicos, pero nuestros diputados locales están empeñados en consolidarse como la peor Legislatura que hemos tenido en Tlaxcala.
Como siempre, mi total agradecimiento y respeto a quienes me brindan un momento de su tiempo. Hasta la próxima, si Dios lo permite.