• M.C.S Elsa Martínez Flores
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Para estudiar a un grupo social y sacar una conclusión que se acerque mencionar la permanencia de alguna conducta por mucho tiempo es complicado, la sociedad está compuesta por entes que piensan y sienten de forma tal vez similar, pero siempre diferente.   

Nuestra forma de pensar es contradictoria, aunque siempre lo neguemos, el pensamiento tiende a variar después de haber sufrido algún tipo de experiencia desde la más agradable a la grotesca, somos perfectibles y tendemos a modificar nuestra pensamiento y forma de ser.  

En redes sociales podemos observar este tipo de comportamiento, un día apoyamos algo, al otro, seguimos a un grupúsculo que vaya acorde a lo que sentimos o pensamos en ese momento. La sociología se ha convertido en una verdadera ciencia. 

Quienes se dedican al estudio de las personas en conjunto deben desarrollar la observación y análisis a profundidad para poder ir a las entrañas de tan singulares formas de actuar que derivan en el cambio de actuación de un individuo.  

Si, las redes sociales tienen en la actualidad un poder increíble para tratar de inducirnos a nuevas formas de pensar, de que se le brinde a una filosofía de vida el beneficio de la duda, navegamos en un mar de propuestas, de ofrecimientos, apreciaciones, puntos de vista, “descubrimientos” que cada día hace que los seres humanos abandonen lo que anteriormente abanderaban. 

Ejemplifico, hace poco, un standopero y comediante mexicano Carlos Ballarta, quien para muchos todavía es un soberano desconocido, adquirió reciente notoriedad cuando en una entrevista criticó severamente a Roberto Gómez Bolaños “Chespirito” y lo señaló de que en épocas de dictaduras como la que tuvo Chile el cuadro de actores del finado “Chavo del 8” se presentaron en el Estadio Nacional de dicho país donde habían torturado estudiantes.  

Ballarta argumentó que ese programa y todo lo que representaba era instrumento de la dictadura chilena y de la argentina, donde también estuvieron los artistas del canal 2 de Televisa.  

El no descubre el hilo negro, se sabe que “Chespirito” estuvo en ese lugar y que eran recibidos con altos honores y representaban un fenómeno social para las familias de esos lugares, pero al dar esa declaración, divide a la gente, y lo que afirma Ballarta los hace reflexionar, entonces, los fans los defienden, quien va más allá, revela que el programa en cuestión no hizo reír a casi nadie, y sorpresa, los grupos sociales también comienzan a denostar al polémico Gómez Bolaños.  

La información con la que creciste de repente es cuestionada “¿cómo es posible que me gustara ese programa?” “¿por qué lo vi por tantos años?” “¿qué tenia de gracioso?” En otros grupos, no hay debate, les sigue gustando y no importa a quien haya apoyado o donde se presentó, aunque en el fondo ya opinan diferente y tal vez cuando comiencen a capítulos por youtube, le cambien, mientras que algunos sectores se fueron por el lado completamente político y confirman que, a las personas que vivían una dictadura eran felices con ese tipo de espectáculos. Lo que es un hecho es que la mayoría de los mexicanos vimos el programa que tanto cuestionan ahora. 

Somos contradictorios… esa es nuestra naturaleza y nadie se salva.