• M.C.S Elsa Martínez Flores
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Hace algunos años, departimos unos compañeros de trabajo y una servidora con dos españoles quienes se encontraban alojados en un hotel de la Ciudad de México en la zona centro. La plática comenzó a girar en torno a nuestros gustos y costumbres, coincidimos en que nos agradaban muchas cosas de ambos países, donde no tuvimos puntos de acuerdo fue en el tema de la Conquista y la otra, que, definitivamente no entendíamos la devoción de ellos por rendirles pleitesía a la Familia Real. 

No logramos un consenso y lógicamente la conversación terminó de forma abrupta porque ambos grupos carecimos de una total comprensión de la idiosincrasia de cada nación. Para muchos mexicanos, la Conquista y el Virreinato fue un robo en despoblado, durante esos periodos, grandes cantidades de oro y plata fueron llevados a España, no sólo de México, sino también de otras partes de América. 

Desconocemos cómo hubiéramos funcionado los mexicanos sin ser conquistados, tal vez peor o mejor, no se sabe, lo que sí tenemos claro es que nos hemos desarrollado sin una parte de nuestra vasta riqueza, la cual se encuentra en la arquitectura de iglesias del país, así como en muchos lugares de la Madre Patria, mientras que otra fue utilizada para seguir financiando sus viajes marítimos y con ello, continuar la colonización hacia más lugares.

Tal vez la historia tenía que darse de esa manera, las características que predominaban en ese entonces no daban para más y fuimos conquistados porque como nación no había unidad, y cada pueblo veía por sus intereses, cierto es que no solamente arrasaron con los metales preciosos, sino con un legado cultural, material que ahora, los estudiosos consideran que, era adelantado para su época, pero que la guerra se llevó para no volver. 

Que gente extranjera aprovechara circunstancias como la geografía y asentamiento de pueblos que desconocían ciertas situaciones, no nos hace lo que actualmente somos, pero sí, tendremos la memoria de que el daño fue sustituido por una nueva raza que cuestiona lo que nos dejó la Conquista. 

Siempre me causó curiosidad que los españoles pagaran los impuestos de una Familia considerada de la realeza, desde viajes oficiales, recepciones, salarios de quienes trabajan en el Palacio, guardia Real entre otras cosas que, al parecer consideran un privilegio hacerlo, por eso cuestioné en su momento a los del país ibérico, y de ahí su argumento en ese entonces de que nosotros debíamos ser conquistados, tal vez por eso se entendería que algunas  personas adopten la postura de: “ofrezcan una disculpa”.